En febrero de 1957, un virus, común en patos silvestres, mutó afectando a los humanos en la provincia de Yunán, al sureste de China, generando un virus pandémico que se extendió por todo el mundo matando a un millón cien mil personas. En España murieron 10.000 y resultaron afectadas cuatro millones, prolongándose con menos virulencia hasta la primavera de 1958. Alcoy no se libró de la pandemia y se calculó que fueron 10.000 los afectados sin que se facilitase una cifra de muertos, si bien en las seis semanas de la oleada, entre octubre y noviembre de 1957, se pasó de diez entierros semanales en el Cementerio a una media de 27. Fue la gripe asiática, aunque hubo un empeño de quitarle importancia e incluso de calificarla de gripe normal. Las autoridades, en defensa de un supuesto interés por evitar la alarma social, siempre, entonces como ahora, disfrazan la realidad con mentiras y medias verdades.
En la edición del 22 de octubre el colaborador Alberto de Santos, seudónimo de Armando Santacreu, entrevista a Vicente Peris Carpena, inspector sanitario del Seguro de Enfermedad, origen de la Seguridad Social, quien dice que no se trata de la gripe asiática sino una normal que se curará con facilidad. Santacreu asegura que todos tienen un familiar o amigo afectado y que por baja de los profesores se han suspendido muchas clases. Los médicos están realizando una media de 40 visitas diarias a domicilios de afectados y ha habido días de hasta 86 visitas. El propio inspector Peris, que luego lo sería de Valencia, confirma que en Alcoy hay unos 10.000 afectados y que la única acción preventiva es el aislamiento, “meternos en una urna”. Los síntomas son “temperatura elevada, molestias en la garganta y dolores dorsales y lumbares, cefaleas y catarros de las vías respiratoria”. Y se recomienda para combatirla: “Reposo absoluto en la cama. Tomando antipiréticos (aspirina, piramidón, etcétera), y vigilancia facultativa, por si hay complicación pulmonar. No es preciso usar antibióticos”.
Como anécdota señalar que el sábado y domingo, 23 y 24 de noviembre, actuaba en el Teatro Circo el popular Angelillo, que popularizó canciones como “Camino verde” y “La hija de Juan Simón”, y a consecuencia de la gripe tuvo que ser inyectado por el practicante Vicente Llopis para curarle la afonía y el dolor de garganta.
El Alcoyano no pudo jugar contra el Betis por tener a 12 jugadores de baja y la Sinfónica Alcoyana aplazó un concierto con el oboe solista Domingo Segú, al no acudir a los ensayos la mitad de los músicos.
Han transcurrido 63 años de aquella pandemia, que nos llegó también de China, y da la sensación de que aprendimos poco de ella. Pero si estamos más cerca de la solución del inspector Peris de meternos a cada uno en una urna. De momento nos quedamos en la urna que es nuestra casa. !Quédate
Foto: Una página del periódico Ciudad de la época, en la que se informaba de la pandemia de 1957.
En la edición del 22 de octubre el colaborador Alberto de Santos, seudónimo de Armando Santacreu, entrevista a Vicente Peris Carpena, inspector sanitario del Seguro de Enfermedad, origen de la Seguridad Social, quien dice que no se trata de la gripe asiática sino una normal que se curará con facilidad. Santacreu asegura que todos tienen un familiar o amigo afectado y que por baja de los profesores se han suspendido muchas clases. Los médicos están realizando una media de 40 visitas diarias a domicilios de afectados y ha habido días de hasta 86 visitas. El propio inspector Peris, que luego lo sería de Valencia, confirma que en Alcoy hay unos 10.000 afectados y que la única acción preventiva es el aislamiento, “meternos en una urna”. Los síntomas son “temperatura elevada, molestias en la garganta y dolores dorsales y lumbares, cefaleas y catarros de las vías respiratoria”. Y se recomienda para combatirla: “Reposo absoluto en la cama. Tomando antipiréticos (aspirina, piramidón, etcétera), y vigilancia facultativa, por si hay complicación pulmonar. No es preciso usar antibióticos”.
Como anécdota señalar que el sábado y domingo, 23 y 24 de noviembre, actuaba en el Teatro Circo el popular Angelillo, que popularizó canciones como “Camino verde” y “La hija de Juan Simón”, y a consecuencia de la gripe tuvo que ser inyectado por el practicante Vicente Llopis para curarle la afonía y el dolor de garganta.
El Alcoyano no pudo jugar contra el Betis por tener a 12 jugadores de baja y la Sinfónica Alcoyana aplazó un concierto con el oboe solista Domingo Segú, al no acudir a los ensayos la mitad de los músicos.
Han transcurrido 63 años de aquella pandemia, que nos llegó también de China, y da la sensación de que aprendimos poco de ella. Pero si estamos más cerca de la solución del inspector Peris de meternos a cada uno en una urna. De momento nos quedamos en la urna que es nuestra casa. !Quédate
Foto: Una página del periódico Ciudad de la época, en la que se informaba de la pandemia de 1957.
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