Esto me dijo la maga Circe:"Llegarás junto a las sirenas,que hechizan a los humanos con su canto cuando se acercan a ellas.
Aquel que se acerca a ellas no lo vuelven a abrazar ni su mujer ni sus hijos,contentos por su regreso,pues las sirenas lo hechizan con su fascinante canto desde su sitio en una pradera. En torno a ellas hay un montón de huesos ennegrecidos y amarillentos pellejos humanos. ¡Así que pasa de largo! Pero si deseas escucharlas,haz que tus compañeros se tapen los oídos con tapones de cera y que te aten con fuertes ligaduras al mástil.Diles también que si les ordenas que te desaten,te aten aún más fuerte".
Una vez que partimos,cuando hube informado de todo ello a mis compañeros,llegamos a la isla de las sirenas.Entonces ellos recogieron las velas,y yo corté con mi espada un trozo de cera y la moldeé para taponar los oídos de mis compañeros.Ellos me ataron de pies y manos al mástil y se pusieron a batir sus remos sobre el espumoso mar. Cuando pasamos junto a las sirenas,estas se dieron cuenta y emitieron su sonoro canto: "Acércate,famoso Ulises. Detén tu navío para escuchar nuestra voz,pues jamás pasó por aquí nadie sobre su barco que no escucha nuestra voz de dulce hechizo sigue navegando aún más sabio. Sabemos todo lo que sufrieron los griegos y los troyanos en la ancha Troya por voluntad de los dioses.Sabemos todo lo que sucede en la Tierra".
Así me decían,y mi corazón anhelaba escucharlas y ordenaba a mis compañeros que me desataran haciéndoles gestos con las cejas,pero vinieron a sujetarme más fuerte con cuerdas y ellos siguieron remando.Cuando las hubimos pasado y ya no se oía el canto de las sirenas,mis fieles compañeros se quitaron la cera y me libraron de las cuerdas.
Homero: Odisea