La Iglesia durante la Edad Media se caracterizó por varios aspectos:
Los triunfos del cristianismo y el fin del paganismo.
Dios y el César: el cristianismo y el Poder imperial.
Progresos organizativos y querellas internas: ortodoxia y herejía.
El ideal de un hombre nuevo: los orígenes del monacato.
La idea de la primacía romana.
La Iglesia en la Edad Media fue una institución muy poderosa ya que fue una época profundamente religiosa. Por eso, la Iglesia católica tuvo mucha influencia sobre la sociedad y, aunque existían otros credos, en el siglo XI Europa era en gran parte cristiana. La Iglesia se vinculó estrechamente a la sociedad feudal; la misma Iglesia era un gran poder feudal, pues poseía la tercera parte de la propiedad territorial del mundo católico y entre otras cosas, tenía derecho al diezmo, que era le décima parte de las cosechas de toda la gente. Además, muchos miembros de la nobleza llegaron a ser obispos.
La iglesia era la institución más omnipresente en la vida medieval y su influencia estaba en casi todos los aspectos de la vida de las personas. A través de su poder e influencia, la Iglesia Católica controlaba todos los aspectos de la sociedad medieval, desde la política hasta la religión y la educación. Los obispos y los abades tenían autoridad sobre sus territorios y ejercían un control significativo sobre la población.
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