Estos pensamientos encabezados por el famoso …y si, seguidos de una situación en la que la persona se quiere reinventar, fracasa en su intento, nos anuncia claramente la presencia de otro de los miedos más comunes en los procesos de reinvención profesional o personal: el miedo al fracaso, también denominado Atiquifobia.
Se trata de una emoción muy poderosa que, en ocasiones puede empoderar siendo una fuente de motivación excelente para activarnos, pero en otras nos bloquea y paraliza, y que sin duda, nos impide ponernos en acción.
En ese punto, quien tiene las riendas de nuestras acciones, es nuestro AUTOSABOTEADOR INTERNO, que con su vocecilla aparentemente protectora, nos está limitando, convenciéndonos de que lo mejor es que nos quedemos como estamos, donde no asumimos ningún riesgo, pero tampoco crecemos ni aprendemos.
Causas del miedo al fracaso
Los orígenes de este miedo pueden fácilmente remontarse a unas vivencias dentro de entornos familiares y educativos muy exigentes, donde se criticaba y castigaba el error.
También afecta lógicamente la cultura, el contexto social en el que nos hayamos desarrollado. En España, por ejemplo, se penaliza el fracaso y el error con dureza, frente a otras culturas como la americana, donde entienden el fracaso como paso previo al éxito.
Buscar el perfeccionismo, un alto nivel de autoexigencia, la baja tolerancia a la frustración y una autoestima poco saludable, alimentan sin duda este miedo.
Consecuencias
La consecuencia más evidente de este miedo en su versión más desadaptativa sería precisamente la inacción, la ausencia de iniciativa y de voluntad para intentar cualquier actividad o tarea.
Pero también, las personas que adolecen de ese miedo y a medida que se dejan vencer por él, incrementan su inseguridad y su falta de confianza en ellos mismos.
Acaban creyéndose su discurso de incapacidad y sienten que no tienen poder sobre su propia vida. Disminuye tanto su creatividad como su productividad.
¿Cómo gestionarlo?
- Identificando, haciendo consciente y cuestionando nuestro diálogo interior nocivo. ¿Qué creencia o creencias limitantes subyacen? ¿Qué exageraciones y distorsiones percibimos?
- Integrando la idea de que el fracaso también es parte de la vida, que se trata de una oportunidad para crecer, aprender, avanzar.
- Conectando y recordando experiencias de vida en las que habiendo fracasado, fuimos capaces de reponernos y salir adelante. Enumerando y reconociendo aquello que de lo que nos servimos y nos ayudó una vez.
- Cuidando de nosotros, mimándonos, alimentando una sana autoestima.
- Hablando de ello, exteriorizando lo que nos pasa, compartiéndolo, y en su caso, claro está, pidiendo ayuda a profesionales.
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