George Orwell
Editorial: Penguin
Londres, 1984: el Gran Hermano controla hasta el último detalle de la vida privada de los ciudadanos. Winston Smith trabaja en el Ministerio de la Verdad reescribiendo y retocando la historia para un estado totalitario que somete de forma despiadada a la población, hasta que siente que no quiere contribuir más a este sistema perverso y decide rebelarse.
Pueden contarse con los dedos de la mano los escritores que han logrado que su apellido se use como adjetivo en la vida diaria. Contemplamos escenas dantescas, quedamos envueltos en situaciones kafkianas, asistimos a gestas de resonancias homéricas, nos sobresaltan reminiscencias proustianas y, durante varias décadas, fue moneda corriente para millones de personas vivir, o temer acabar viviendo, en una sociedad orwelliana
No hay comentarios:
Publicar un comentario