¿Qué seremos ahora?
Enormes cóndores
que surcan los vastos empíreos
brindando su fealdad al orbe.
Camellos obstinados,
jorobados de tormentos,
cargando aguas amargas
para el susurrante desierto.
¿O es que somos paquidermos
armados de marfil
y nuestras patas son las torres
que encarcelan al miedo?
Quizás seamos perros salvajes
que embestimos en manada
doblegando medrosamente
a nuestras presas
y anunciamos con carcajadas
nuestro mutis.
O tal vez el semblante
de un jaguar enjaulado;
nuestra palabra es
su majestuosa mirada turbia
que palidece en el encierro.
Somos el parco silencio del albatros
al cesar el batir de sus alas:
extinguiéndose
ante la triste cadencia del bullicio.
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