La OCDE señala que los malos datos se deben a factores como el abandono escolar temprano, los jóvenes que no estudian ni trabajan o a la falta de formación en las empresas para los nuevos empleados
Jóvenes en la zona de Goya, en Madrid.SAMUEL SÁNCHEZ
Madrid - 15 JUN 2021 - 11:30 CEST
España es, por detrás de Grecia, el país de la Unión Europea en el que menos avanza la comprensión lectora entre los 15 y los 27 años. Así se desprende del informe publicado este martes por la OCDE Skills Outlook 2021: learning for life (que se podría traducir como Competencias 2021: aprendizaje para la vida). Los autores del estudio apuntan al abandono escolar temprano ―España es el país de la UE con la mayor de jóvenes que no no estudian más allá de la ESO, un 17% frente al 10% de media europea―, al número de los que ni estudian ni trabajan y a la poca formación que ofrecen las empresas como algunos de los factores que llevan a los españoles a estancarse en su habilidad para entender los textos.
Francesca Borgonovi, responsable del centro de desarrollo de habilidades de la OCDE y coautora del estudio, señala: “Necesitaríamos estudiar en profundidad el caso español, pero de nuestro análisis se deduce claramente que la evolución en el aprendizaje entre la vida adolescente y la adulta es más baja en los países en los que más alumnos abandonan las aulas, están desempleados o hacen menos prácticas, como es el caso de España”. El problema, señala Borgonovi, aparece cuando no existen redes para asegurar que los jóvenes sigan formándose una vez que han finalizado los estudios obligatorios con 16 año
El informe compara los resultados obtenidos en 26 países de la OCDE por los alumnos de 15 años en las pruebas PISA ―que miden el nivel de competencia en matemáticas, ciencias y comprensión lectora― en el año 2000, y los obtenidos por los jóvenes de esa misma generación al cumplir 25, 26 y 27 años en la prueba PIAAC ―la evaluación de competencias de adultos― en 2012. Analiza el rendimiento académico de estos chicos nacidos entre 1984 y 1985.
La media de puntuación de los países de la OCDE y de la UE coincide: obtuvieron 268 puntos en PISA y 282 en PIAAC, lo que supone un crecimiento en el nivel de comprensión lectora de 14 puntos. En cambio, España registró un retroceso de 0,06 puntos, con 263 puntos en ambas pruebas. Japón es el país con la mayor mejora en comprensión lectora entre sus ciudadanos de 15 y 27 años, con 31 puntos de diferencia. Otros países en los que creció la habilidad son Alemania (25 puntos más) y Bélgica (24 puntos más). Grecia es la gran perdedora, con un descenso de 3,1 puntos en comprensión lectora entre los diferentes grupos de edad.
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Un dato interesante entre los jóvenes españoles es la diferencia de puntuación entre aquellos con al menos un progenitor con estudios superiores (se registra una mejoría de casi cinco puntos de los 15 a los 27 años) y aquellos cuyos padres no tenían ese nivel educativo (casi dos puntos menos). Borgonovi indica: “De los nacidos entre 1984 y 1985 hemos observado que, de media, los que tienen padres con estudios superiores y más habilidades lectoras sí presentaron una evolución positiva desde su adolescencia a sus casi 30 años”.
Los años de la adolescencia, indica el informe de la OCDE, son un periodo de cambios neurológicos asociados a una mayor impulsividad, dificultades para evaluar los beneficios a largo plazo y una tendencia a asumir más riesgos. El texto continúa: “Todos esos cambios se producen a la vez que los jóvenes deben tomar decisiones trascendentales sobre su trayectoria académica, que requieren evaluar las diferentes alternativas”. Las familias con mayor capital sociocultural pueden proporcionarles mayor apoyo, tanto en lo que se refiere a recursos materiales como a consejos sobre qué camino escoger. Las que cuentan con poco nivel de estudios no les pueden acompañar de la misma forma en esa transición.
Para el analista del Banco Mundial Lucas Gortázar es importante tener en cuenta que en el año 2003, cuando los jóvenes evaluados estaban en plena adolescencia, la tasa de abandono escolar en España era del 30% (ahora es del 17%). “En esos años en España la única opción era prácticamente entrar en la Universidad; los que no aspiraban a eso dejaban los estudios para trabajar en sectores como la construcción, y las habilidades cognitivas se perdían por el camino”, apunta el también investigador en el centro de estudios EsadeEcPol.
Más orientación para reducir el número de ‘ninis’
Los autores del informe consideran que dotar a los centros educativos de programas de orientación de alta calidad es uno de los primeros pasos para reducir el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Junto con Italia, Grecia e Irlanda, España es el país con la mayor proporción de ninis, según datos de 2015, y ese es otro de los factores que acentúan la pérdida de conocimientos entre la adolescencia y la vida adulta.
El estudio destaca que mientras en la media de los países de la OCDE el 34% de los chavales de 15 años han participado en algún programa de prácticas o voluntariado para averiguar su vocación, en España lo ha hecho solo el 22%. Además, la Unesco recomienda un orientador escolar por cada 250 alumnos, pero, según datos del Ministerio de Educación español, esa ratio se supera en la mayoría de los institutos, llegando incluso a un orientador por cada mil estudiantes.
Escasa formación en las empresas
Otro de los factores es la falta de formación que las empresas proporcionan a sus empleados más jóvenes. El investigador y profesor de la Universidad Carlos III Antonio Cabrales analizó en su informe Dual employment protection and (lack of) on-the-job training: PIAAC evidence for Spain and other European countries (que se podría traducir como Sistema doble de protección laboral y (ausencia de) formación en el empleo: evidencias del informe PIAAC para España y otros países europeos), publicado en 2017, cómo los contratos temporales en España, que afectan fundamentalmente a los más jóvenes, están asociados con un menor nivel de formación por parte de las compañías. Precisamente se basó en los datos arrojados por PIAAC para concluir que esa falta de formación está correlacionada con déficits en la comprensión lectora y el cálculo matemático en esos mismos perfiles. La tasa de empleo temporal, señala el informe, se elevó del 15% en 1984 al 35,4% a mediados de los noventa. Desde entonces, cerca del 90% de los nuevos contratos firmados cada año han sido temporales.
En este sentido, el documento de la OCDE señala que en la mayoría de los países analizados los trabajadores jóvenes de las empresas con mayor crecimiento aseguraron no sentirse “apartados” de la formación, mientras que los de las compañías más pequeñas sí reportaron esa carencia, especialmente en España y Eslovaquia. “Las empresas con mayor proyección se esfuerzan más en desarrollar planes efectivos para que sus plantillas adquieran nuevas habilidades, identifican los puntos débiles de sus empleados y les animan a superarse”, describe el informe. España, con un 16%, fue después de Corea del Sur (con un 18%), el país en el que una mayor proporción de personas aseguraron que están motivadas para formarse pero no disponen de los recursos para ello.
LOS PROFESORES ESPAÑOLES INCENTIVAN MENOS LA LECTURA
El informe destaca que uno de los factores que más influye para mantener el interés por el aprendizaje en la vida adulta es la práctica de los docentes en el aula mientras los chicos todavía son adolescentes. Influye el hecho de que el alumno perciba interés por parte del profesor en su aprendizaje, entusiasmo por el contenido que imparte o su empeño por estimular el pensamiento crítico de los estudiantes. En este punto, España sale bien parada: al preguntar a los alumnos de 15 años si perciben “entusiasmo” por parte de sus profesores, la puntuación media de los países de la OCDE es de 0,012, mientras que en España es de 0,034.
En cambio, al medir su grado de estimulación hacia la lectura -el profesor anima a los estudiantes a expresar su opinión sobre un texto, ayuda a conectar las historias con acontecimientos de su vida, propone preguntas que les animan a participar-, España está por debajo de la media. La puntuación media de la OCDE es de -0.003, la de la UE de -0,024 y la de España de -0,309.
Ismael Sanz, profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos, señala: “El entusiasmo de los docentes por la materia que imparten se traslada a comportamientos y actitudes de los estudiantes, como la motivación y la perseverancia. Esas actitudes positivas, a su vez, mejoran el rendimiento de los estudiantes”. Sanz cree que uno de los problemas es la extensión del currículum escolar en España, que no deja al profesor el tiempo suficiente para estimular actividades que no estén estrechamente relacionadas con el contenido específico de su materia.
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