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1 de marzo de 2021

Paya Frank .- La Europa de entreguerras

SITUACIÓN DE POSTGUERRA


La paz de Versalles abrió en Europa un período preparatorio de la segunda Guerra Mundial. La subversión social creada por los comunistas ante la miseria que acarreó la guerra y la exaltación nacionalista de las naciones humilladas al terminar la anterior contienda mundial, fue una de las grandes causas de la crisis general de Europa.

En este período se produjeron una serie de acontecimientos que habrían de influir en la historia, como:


1. El triunfo de la revolución comunista en Rusia.

2. La aparición del fascismo en Italia.

3. La crisis económica del año 1929.

4. La creación de la Alemania Nazi.

5. El fracaso del liberalismo como idea universal.


En las conversaciones de paz que se celebraron en Versalles se acordó la construcción de un organismo internacional que sirviera de garantía de paz y la  convivencia entre los pueblos europeos. Así se creó la Sociedad de Naciones, con sede en Ginebra, como el antecedente de la Organización de las Naciones Unidas (O.N.U.). Pero este organismo se convirtió en un elemento de poder de las potencias triunfantes, para perpetuar los efectos de la victoria, y su importancia fue más simbólica que efectiva.

La Sociedad de Naciones estaba formada por dos clases de miembros: los originarios, que eran los treinta y dos aliados, de los que formaban el Consejo, puestos permanentes, las cinco grandes potencias -Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón-, y por miembros adheridos, que eran todos los Estados soberanos. El centro de reunión fue Ginebra. Los Estados Unidos se retiraron por no llegar a un acuerdo sobre los problemas asiáticos. los acuerdos preveían diversos fines: evitar una guerra (limitación de armamentos, garantías y arreglos pacíficos), regular los tratados internacionales y el régimen de colonias, así como todo lo referido al trabajo, sanidad, comercio de armas, etc.


LAS TENSIONES INICIALES

Al terminar la primera Guerra Mundial, las potencias vencedoras quisieron desarticular los imperios, como el de Austria-Hungría y Turquía, para favorecer la creación de las nacionalidades europeas. Para ello, se confiaba en la Sociedad de Naciones, pero muy pronto las principales potencias europeas se desinteresaron de las causas comunes, para conseguir el mayor beneficio posible de la derrota alemana. En los años 1932 y 1933, dos hechos resultaron decisivos: la muerte de Briand, que trató de consolidar la paz derivada del Tratado de Versalles, y la subida al poder en Alemania de Adolf Hitler, que asumió el papel de destruir aquella paz. Hasta 1932-33, Europa mantuvo una precaria estabilidad, pero en esta primera fase de cerca de quince años las democracias se mostraban cada vez más vacilantes, mientras se consolidaba la fuerza de los regímenes dictatoriales. Italia se anexionó Abisinia en 1935 y, la Alemania nacionalsocialista, varios territorios europeos.

Aunque Alemania firmó el Tratado de no agresión germano-soviético, no evitó que las potencias occidentales declararan la guerra por la invasión de Polonia: esto produjo la iniciación de la segunda Guerra Mundial.


LA REVOLUCIÓN RUSA


Las consecuencias de la guerra fueron especialmente graves en Rusia. La política de su gobierno y de las derrotas sufridas ante los alemanes creó en el interior una desesperada situación económica y social, que hacia propicia la subversión social. El movimiento revolucionario se inició en febrero del 1917, derribada al zar Nicolás II e implantaba un Gobierno provisional, del que se harían cargo, después de numerosos choques, los bolcheviques, partido marxista, que se encontraba dirigido por Lenin y Trotsky.

Los bolcheviques se hicieron con el poder en octubre del 1917 e iniciaron la revolución comunista en Rusia, mediante la nacionalización de todas las fuentes de riqueza y el reparto de las tierras entre los campesinos para destruir a la aristocracia y a la burguesía. Se trataba de llevar a sus últimas consecuencias la doctrina de Marx, mediante la creación del comunismo de estado. Al terminar la guerra mundial en 1918, estalló en Rusia la guerra civil, provocada por las muchas funciones anti bolcheviques que seguían vivas en Rusia; un ejército, llamado de los rusos blancos, organizados por antiguos generales zaristas, puso en peligro la existencia del régimen soviético, hasta que fue disuelto en 1920.

Polonia aprovechó la ocasión para invadir Ucrania y apoderarse de Kiev. La contra-ofensiva rusa llegó hasta Varsovia y se firmo la Paz de Riga, por la que Rusia cedía a Polonia la parte occidental de Ucrania y de Bielorrusia. En 1922 se implantó la Unión  de Republicas Socialistas Soviéticas (URSS), por medio de una organización federalista que dirigía un  solo partido, el comunista.

Las grandes pérdidas sufridas en la guerra civil vinieron a sumarse a la situación d postguerra . Rusia tuvo que buscar su recuperación, tolerando algunas formas de propiedad privada. La socialización había constituido un gran fracaso por la forma en que se realizó.

A la muerte de Lenin, sucedió el georgiano Stalin al poder, que expulso a Trosky se producen asesinatos y destierros a Siberia, e implantando una férrea dictadura, Stalin abolió la propiedad privada e impuso un fuerte poder personal en todas las esferas de la vida política y económica soviética. Adoptó la disciplina de la economía en los planes quinquenales -programas de cinco años- con el objetivo de elevar el nivel de vida del país.

Al principio de la revolución, Lenin creó una asociación mundial de partidos comunistas, para fomentar la devolución  en todo el mundo. Este esfuerzo contribuyó al desarrollo industrial de la URSS en el decenio del 1930 al 1940, lo cual llevó al país, al terminar la segunda Guerra Mundial, a convertirse en la segunda potencia industrial del mundo.


EL FASCISMO EN ITALIA


Benito Mussolini, maestro de escuela y antiguo socialista, vio en el comunismo triunfante de Rusia el más grave peligro para Occidente, e interpretó  el sentimiento, muy general entonces, de que a su avance había de interponerse el gobierno de las dictaduras. En 1922 se realizó la marcha sobre Roma por los partidarios de Mussolini, que ocuparon el Gobierno e implantaron la dictadura fascista, mediante el partido único, las camisas negras. El ideario fascista era nacionalista, totalitario, imperial y expansivo, negando para ello la libertad de asociación  y de expresión. Se oponía al socialismo y a la democracia y consideraba que los estados con vitalidad están destinados a conquistar a los países débiles y crear imperios mundiales. Mussolini trataba de imitar la grandeza del Imperio Romano y que Italia se acercara a la Alemania de Hitler.


LA CRISIS DE 1929


La postguerra fue un período de gran prosperidad económica para los países vencedores. La llamada bella época o los felices veinte fueron años de optimismo para la burguesía capitalista europea y de América. Pero de un modo latente se levantaba un gran peligro para el capitalismo, la superproducción. El aparato productivo de los países más ricos fabricaba más productos que los que podían absorber los mercados de los demás países.

A fines del 1928 se notó una fuerte crisis industrial y agrícola, pero fue en octubre del 1929 cuando se produjo la crisis financiera al hundirse la bolsa de Nueva York. Muchos bancos se cerraron y arruinaron a sus clientes. Estados Unidos retiró los créditos concedidos a Alemania y Austria para su recuperación, produjo el hundimiento de los bancos nacionales, que dejaron de garantizar en oro el valor de sus monedas. La crisis afectó a todos los países que tenían relaciones comerciales con las grandes potencias.

El paro obrero fue el primer efecto de la crisis -10 millones de parados en 1929 y 30 millones en 1932-, de un modo especial en Alemania y Estados Unidos, y muchos obreros alemanes sin trabajo fueron inmediatamente la base del partido nacionalista de Hitler. La crisis y las medidas para corregirla ocasionaron la ruina de las clases medias El descontento social que provoca la crisis se tradujo en tensiones políticas y huelgas, que desembocaron, en muchos casos, en soluciones dictatoriales en Europa y en América.

Los precios subieron de un modo constante. En 1920 eran dos veces mayores a los de 1913 en Estados Unidos, tres veces en Inglaterra, cinco veces en Francia y doce veces en Alemania.


LA ALEMANIA NAZI


Adolf Hitler, fundador del Nacionalsocialismo alemán, buscó la causa en el rencor del pueblo alemán causada por la humillación del Tratado de Versalles, que fue impuesto a Alemania por la fuerza. En 1919 se había implantado la República por medio de la Constitución de Weimar, pero la ruina económica del país y la ocupación de la orilla izquierda del Rin favorecieron la subversión creada por los partidarios de Hitler, que subió al poder en 1933, fundando el III Reich, establecería el régimen de partido único y asumía el título de Führer-Canciller. Hitler creó el mito de la Gran Alemania, rompió todos los pactos que limitaban la expansión, recupero el Rin, y formo la alianza con Italia y Japón, llamada el Eje Roma-Berlín-Tokio.

Alemania se retiró de la Sociedad de Naciones y reclamo las regiones donde existía población alemana

Francia e Inglaterra, que asistieron en un principio impasibles al auge imperialista de Hitler, se alarmaron ante las proporciones del movimiento nazi y sus objetivos. Convocaron una reunión en Múnich, que no sirvió sino para alentar a los alemanes sobre la debilidad de franceses y británicos. Poco después se consumaba la ocupación de Checoslovaquia y se intensificaba la preparación de la inminente  Segunda Guerra Mundial.



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