COIMBRA. 6 diciembre 1185. El rey Alfonso Henriques ha fallecido en Coimbra a los 76 años de edad. Aquejado de una salud muy deteriorada, hacía años que había delegado el gobierno del reino en su hijo Sancho, quien ha sido proclamado rey tras la muerte de su padre.
Alfonso era hijo de Enrique de Borgoña y de Teresa de León, hija bastarda del Alfonso VI y de la noble leonesa Jimena Muñoz. Enrique de Borgoña acudió a León cuando, tras la derrota de Sagrajas (1086, reacción almorávide tras la conquista de Toledo), el rey leonés pidió ayuda a sus familiares borgoñones del norte de los Pirineos. Entre los muchos nobles que llegaron se encontraban Enrique y su primo Raimundo, conde de Borgoña, quien se casaría con la hija de Alfonso VI y futura reina Urraca de León. Así, con su primo Raimundo comenzaba la dinastía borgoñona en el reino de León.
Alfonso VI otrogó a Enrique el entonces condado de Portugal mientras que Raimundo pasó a ser rey consorte de León cuando, tras la muerte de aquél, fue coronada su hija Urraca. Pero Raimundo murió pronto y Urraca contrajo matrimonio con Alfonso I de Aragón (el Batallador), produciéndose así la primera unión dinástica entre Castilla y Aragón. Sin embargo, este matrimonio siempre fue tremendamente malavenido, con episodios de malos tratos y llegando a la guerra entre el rey y la reina, con lo que acabó con el repudio de Urraca por parte de Alfonso en 1114, poniendo fin a la primera unión dinástica entre ambos reinos.
Fue durante estos años, concretamente en 1112, cuando Enrique de Borgoña aprovechó las turbulencias y declaró la independencia de Portugal con respecto de León. Sin embargo, no pudo ir más allá porque falleció poco después, dejando a su hijo Alfonso, de tres años, bajo la custodia de su madre Teresa. Pero cuando Alfonso alcanzó la mayoría de edad, el joven conde chocó con su madre, quien huyó a León y consiguió la ayuda de Alfonso VII quien, en el apogeo de su poder, se había declarado emperador de las Hispanias, La batalla decisiva entre madre e hijo tuvo lugar en Memede, el día de San Juan de 1128, donde el conde derrotó al emperador.
Ya como conde independiente, Alfonso trasladó la corte a Coimbra con el objetivo de expandir su territorio a costa de los almorávides, como hizo cuando venció a éstos en la batalla de Ourique, lograda contra un fuerte contingente musulmán y tras la cual sus soldados le declararon rey de Portugal. Fue el 24 de junio de 1139. Por su parte, el emperador Alfonso VII de León todavía intentaría someter al rey portugués, pero fue derrotado en la batalla de Valdevez. Finalmente, Alfonso I conseguiría el reconocimiento definitivo del emperador en el tratado de Zamora (1144), firmado entre Portugal y León. Había nacido un nuevo reino.
Alfonso I convirtió a Portugal en el reino más adelantado de la península en lo que a la reconquista se refiere, conquistando Lisboa en 1144 tras un cerco de tres meses, y con posteriores avances tanto a costa de los almohades como de la reserva de conquista de León, donde llegó a tomar Cáceres, Trujillo y Badajoz, lo que obligó a Fernando II de León a pactar con los almohades para evitar la caída de las plazas en manos portuguesas.
Alfonso I de Portugal consiguió el reconocimiento de la Sente Sada en 1179, cuando el papa Alejandro III recompensó así su participación en la Segunda Cruzada y su apoyo en la lucha que el papa mantuvo contra el imperio.
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IMAGEN SUPERIOR: ALFONSO I DE PORTUGAL
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