Después de varios premios de los libreros y setenta semanas en la lista de los libros más vendidos en Alemania, la publicación en más de quince países o una película en marcha son algunas de las medallas que podría colgarse El día que Selma soñó con un okapi. Pero más que por los mensajes de marketing, esta novela te ganará por la ternura de sus personajes,por su trama irrepetible y por la manera tan original en que en que reflexiona sobre la amistas,el amor y la muerte.
Si existiera un Macondo en Alemania,podría ser perfectamente Westerwald, un pueblecito bucólico que la imaginación de la escritora Mariana Leky sitúa entre Frankfurt y Colonia.Además de que el tiempo transcurre allí más despacio que en el resto del mundo,aquello es un criadero de conexiones improbables, cada vez que la joven Luise cuenta una mentira,un objeto cae al suelo,una causalidad inofensiva en comparación con la que es capaz de provocar su abuela Selma...Cada vez que la anciana sueña con un okapi -ese animal imposible y un ridículo que tiene patas de cebra,rasgos de jirafa y orejas de ratón-,muere un habitante de Westerwald en menos de veinticuatro horas.
Selma acaba de tener ese sueño premonitorio una vez más,así que los vecinos actúan como si el apocalípsis llamara a la puerta.
¿A quién le tocará en esta ocasión?
¿Será el turno de Martín,el niño levantador de pesas amigo de Luise,o del óptico que guarda su amor bajo siete llaves?
¿Y si la elegida fuera la viejecita aficionada a los bombones Mon Chéri?
Ahora que la muerte señala con su dedo alargado,es momento de confesar pecadillos,de perdonar deudas y de escribir esas cartas de amor pendientes.
Reseña de Paya Frank
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