Literatura
Javier Sierra se alza con el Premio Planeta con una historia del santo Grial
El escritor Javier Sierra tras recibir el trofeo que le acredita como ganador del Premio Planeta. EFE
La escritora madrileña Cristina López Barrio queda finalista con 'Niebla en Tánger'. La cena de gala fue 'víctima' del 'procés' y registró el mayor número de ausencias en años
El líder de la edición mundial en lengua castellana repite una apuesta segura para su gran lanzamiento anual de marca y de promoción literaria. Si en la pasada edición, los laureles se los llevó la popular escritora donostiarra Dolores Redondo, autora de la exitosa Trilogía de Baztán adaptada a la pantalla, secundada por el madrileño Marcos Chicot; una similar fórmula a prueba de pinchazos en librerías se reitera en la edición 2017, con un autor superventas en el podio y una solvente autora de tirón en el segundo puesto.
Javier Sierra se alzó ayer con el LXVI Premio Planeta de novela con el manuscrito de El fuego invisible, presentado con el título provisional de La montaña artificialbajo el seudónimo de Victoria Goodman. "Quiero dedicar esta novela a los compañeros escritores", afirmó emocionado por el "momento impresionante" ya que "se trata de la palabra donde reside la fuerza creativa de nuestra civilización". "Es en el uso de la palabra donde está el origen de la bondad y de la maldad, ése es el fuego invisible que tenemos todos en nuestro interior", explicó el autor en relación a su novela. En concreto, la trama apunta al origen de una palabra "que cambió el destino de Europa en el siglo XII": "Ésa palabra es Grial".
La escritora madrileña Cristina López Barrio quedó finalista con Niebla en Tánger, novela presentada como La nueva vida de Penélope tras el seudónimo de Bella Linardi y quiso dedicar el premio a los lectores y, sobre todo, a los libreros "por su magnífica labor". "Ésta es una novela que habla de la creación literaria como arma peligrosa y a la vez como fuente de sanación".
Lo que no se repite de un año para otro es el ambiente de su tradicional gala literaria en el Palau de Congressos de Barcelona, marcado ayer por la fría tensión desencadenada por el llamado procés independentista catalán y el ya confirmado cambio de sede social del gigante Planeta que se traslada a Madrid. Las comparaciones son odiosas, pero la difícil coyuntura política de Cataluña fuerza a hacerlas. Si la gala de 2016 estuvo presidida por los reyes Don Felipe y Doña Leitzia y por el president de la Generalitat Carles Puigdemont; la de ayer presentó su cara más desangelada con la ausencia de primeras autoridades de uno y otro lado. La presidenta del Congreso de Diputados Ana Pastor asistió en representación del Gobierno y la Generalitat hizo a su vez acto de presencia con el conseller de Empresa Santi Vila. Una discreta foto para un Premio Planeta en pleno conflicto soberanista, que tiene todos los números para trasladarse también a Madrid, aunque el presidente de Planeta, José Creuheras, anunció el pasado sábado que las intenciones del grupo son continuar celebrando la gala en Barcelona. Cabría preguntar por cuánto tiempo ante la escalada de tensión.
Como sea, la apuesta de Planeta en tiempos convulsos es firme, porque Javier Sierra (Teruel, 1971) no sólo es uno de los autores de ficción más traducidos de los últimos tiempos -en torno a una cuarentena de lenguas-, sino que es el único escritor español que ha conseguido trepar a la lista de más vendidos de The New York Times. Entró al ansiado top ten en 2006 con La cena secreta.
Experto del thriller de enigma histórico y autor de una decena de libros entre novela y ensayo, Sierra lleva más de una década demostrando con creces sus dotes de comunicador en radio y televisión, como tertuliano, colaborador habitual o incluso director de varios programas para la pequeña pantalla, siempre en torno al misterio y al pasado. Entre sus obras destacan además del citado best-seller La cena secreta (2004), las novelas El maestro del Prado (2013) y La pirámide inmortal (2014), para no mentar su producción ensayística también de tirón entre el gran público amplio con títulos como La ruta prohibida y otros enigmas de la Historia (2007) y En busca de la Edad de Oro (2000).
Ahora Javier Sierra regresa a su sustancia más pura y a la que más partido literario le ha sacado porque El fuego invisible trata del tema por antonomasia de las novelas del género: el misterio del Santo Grial. Un joven profesor, afincado en Dublín, de origen español y nieto de un famoso escritor, viaja por unos días a Madrid a fin de participar de un extraño grupo de estudio que se dedica a seguir el rastro de la famosa reliquia cristiana en la literatura y el arte. Y lo que parece una mera investigación científica pronto se transformará en otra cosa, tras el asesinato de uno de los investigadores. Tras la peligrosa pista del codiciado Grial la trama despliega, como es habitual en el autor, mucha erudición histórica y una gran paleta de referentes culturales, a través de múltiples escenarios españoles.
Un recorrido igualmente prometedor y exitoso presenta la autora finalista Cristina López Barrio (Madrid, 1970), pero en el segmento de la novela psicológica o ya de plano sentimental. Tras un sonado debut en novela juvenil que le valió el II Premio Villa de Pozuelo de Alarcón, se dio a conocer al público adulto en 2010 con La casa de los amores imposibles, que la llevaría a una veintena de países y similar número de traducciones. Un talento que luego confirmaría con El cielo en un infierno cabe (2013) y Tierra de brumas (2015).
Ahora la escritora madrileña propone con Niebla en Tánger una ambiciosa aventura literaria que explora sin complejos los puntos de contacto entre ficción y realidad. Tras una fugaz aventura con un hombre desconocido en una habitación de hotel, una aburrida ama de casa se propone seguir el rastro del amante sólo con el amuleto y la novela que estaba leyendo como pistas. Una búsqueda que la llevará a Tánger y al interior de esa novela olvidada, cuyo protagonista se llama igual que el hombre buscado. Y quizá ese relato sea también el de su vida.
Puede que la difícil situación política de Cataluña atente contra la continuidad del Premio Planeta en Barcelona, pero las sólidas apuestas del grupo editorial, en este caso a través de dos autores de abultadas ventas y marcada aceptación entre el gran público, vuelven a garantizar su éxito en librerías. El factor imprescindible que permite solventar su abultada dotación: 601.000 euros para el ganador Javier Sierra y 150.250 euros para la finalista Cristina López Barrio.
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