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La Nostalgia del Pasado

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26 de enero de 2022

La Nostalgia del Pasado 6

 

Capitulo 6

LA RADIO: MÚSICA, PROGRAMA Y CANCIONES

 

El parte. Radio Oviedo y Radio Asturias. Discos de pizarra. Cuentos infantiles. Discos dedicados. Antonio Medio. Anuncios comerciales. Programas infantiles. Bobby Deglané y Carlos Alcaraz. Cabalgata fin de semana. Los seriales radiofónicos. Las canciones olvidadas. Sin novedad señora baronesa. Se va el caimán. Rascayú. La Tonta Tomasa. Santa Marta. Me he de comer esa tuna. Tabernero. Limosna de amor. Mi hijo. La caravana. Soñar despierto. Ay qué tío. Si me dejas entrar. Que se te ve. Hay que ver. Te digo adiós. Soldado de levita. Palma brava. Se va a Covadonga. Señor Colón. Pájaro carpintero. Chaqueta blanca. Mi vecina huérfana. Noche de Reyes. Carolina. Qué lindo estar enamorado. No cambies caballos.

 

Existen infinidad de estudios y publicaciones extensas y muy completas sobre lo que fue la radio en estos años que ahora evocamos y lógicamente no es motivo ahora reiterar todo lo escrito sobre este trascendental medio y su gran aceptación como entretenimiento familiar, sentados muchas veces todos los miembros a escuchar sus programas, en el círculo de una agradable mesa-camilla provista de brasero de carbón vegetal.

 

También hay que destacar cómo en esta época actual, caracterizada por las prisas y el entretenimiento rápido e individual, puede parecer extraño e incomprensible cómo era nuestra mayor diversión acomodarnos alrededor de un viejo aparato de radio y entre zumbidos, pitidos y crepitaciones escuchar sus emisiones de música, anuncios, seriales y programas nocturnos. El sonido de la fanfarria era inicio de los partes de noticias a las dos y media y a las 10, en que “el diario hablado de Radio Nacional de España” se emitía con “líneas a su cargo” en todas las emisoras españolas, finalizando éste con el toque de clarín y el himno nacional entremezclado con el “cara al sol” y el “Oriamendi”.

 

En Oviedo teníamos dos emisoras llamadas Radio Asturias EAJ-31 y Radio Oviedo de la Cadena del Movimiento, siendo lógicamente las más escuchadas por todos nosotros. A las 12 en punto comenzaba la emisión de ésta última con su música característica: el pasodoble Oviedo. La programación musical de ambas era similar ya que por aquellos años no había exclusivas y los discos de pizarra de 78 r.p.m. eran la base de todo, con su ruido inconfundible de fondo debido al roce de la aguja metálica.

 

Si nos atenemos a los discos infantiles se podían oír los cuentos clásicos entre los cuales los más repetidos eran “Blancanieves”, “El soldadito de plomo”, “Bartolo tenía una flauta”, “La lechera”, “Dónde están las llaves”, “El flautista de Hamelín”, “El enano saltarín”, “La gallina Marcelina”, “Los tres osos”, “La ratita presumida”...Otros eran de motivos cómicos tales como “La escuela de Don Gaspar”, “El examen de Maginet de la Caña”, “Una tarde en el circo”...

 

Para los mayores había discos dedicados en ambas emisoras y un programa especial a base del llamado “socio cooperador”, en el cual se podía elegir un disco al mes siempre que fueses socio de la emisora por una módica cuota. No voy a citar aquí la relación de títulos, ya archiconocidos por los numerosos estudios musicales que se han realizado sobre esta época pero quisiera recordar alguno de poemas recitados por Pepe Pinto tales como “La Chata”, “El Piyayo” y “Toíto te lo consiento menos faltarle a mi mare”. También solía oírse con frecuencia un disco horroroso llamado “disco de la risa”, en el cual se escuchaban únicamente unas carcajadas ordinarias con intervalos de música a base de un único trombón y eso era todo su contenido. También eran muy solicitadas las romanzas cantadas por un barítono asturiano, Antonio Medio, conocido por “la voz de hierro” y entre las cuales las más famosas eran “Canto a la sidra” y “Las campanas de Madrid”, Incluso cantaba anuncios comerciales de “Hojas de afeitar Palmera”.

 

A propósito de los anuncios comerciales musicales, que también se ponían en los descansos de los cines, había toda una serie de ellos y muchos también con productos y motivos asturianos. Lógicamente como la cara del disco podía durar de 3 a 4 minutos, todo este tiempo se aprovechaba para el anuncio en cuestión. Podemos aquí recordar a “La tableta OKAL”, “Gargaril”, “Anís de la Asturiana”, “Norit el borreguito”, “Mariquita Pérez”, “Hojas Iberia”, “DDT Chas”, “Sastrerías el Nalón”, “Jabón Saquito”, “Cola-cao”, “Hojas de afeitar Mezquita”, “Achicoria la Asturiana”, “Almacenes Froilán”, “Anís de la Praviana”, “Dentífrico Perborol”, “Anís Castellana”, “Almacenes San Mateo”, “Netol”. Todos nos deleitaban con su música pegadiza y sus graciosos pareados.

 

Simultáneamente a la música había pequeños programas infantiles, con uno que batió todas las marcas que fue el de “Las aventuras de Pinín”, ya famosísimo por sus historietas en el periódico La Nueva España y que tuvo incluso su propio programa de radio. Como colofón se le hizo un recibimiento por todo lo alto al que fuimos todos los niños ovetenses y pudimos ver en persona a nuestro pequeño héroe montado en su madreñogiro. Otro personaje radiofónico fue el de “Aventuras de Cartucho y de Toby, su fiel chucho”, pero no alcanzó ni el éxito ni la fama de nuestro admirado Pinín.

 

La aparición en los aires asturianos de los magníficos programas de Radio Madrid, de la mano de Bobby Deglané oscureció a los de Radio Nacional de España “Noches del Sábado” y “Gran Parada” de la mano de Carlos Alcaraz y otros muy oídos tales como “Plasmón” de tipo médico y “Pálpala” basado en el semanario “La Codorniz”.

 

El programa de la noche del sábado de Radio Madrid se podía oír perfectamente ya que Radio Oviedo se asoció a esta cadena y con ello la calidad del sonido estaba asegurada. En la noche y después del diario hablado de Radio Nacional, comenzaba “Cabalgata fin de semana” con una duración de casi 4 horas e incluso 5. aquellas noches eran entretenidísimas, con la actuación en directo de Gila, Tip y Top, lo hermanos Ozores y el inimitable Pepe Iglesias “El zorro” cuyos personajes de la loca Verónica y el Finado Fernández marcaron época. Simultáneamente actuaban cantantes tales como Ana María González, mejicana que popularizó el chotis Madrid y “El preso número nueve”, sin omitir a las Hermanas Fleta con su “Penjamo”. Entrelazadas entre estas actuaciones había concursos de “Doble o Nada”, “La melodía misteriosa” (hábilmente alterada por el Maestro Trabuqueli) y “La baraja musical”.

 

Las tardes lluviosas y frías del invierno oíamos también al lado de nuestras madres y hermanas los seriales radiofónicos de Guillermo Sautier Casaseca, entre los cuales sobresalieron “Ama Rosa” y “Un arrabal junto al cielo”, sin olvidar a Doroteo Martí y su “Rosa de Pasión”.

 

Las piezas musicales radiadas por las dos emisoras ovetenses eran lógicamente muy repetitivas, con un repertorio limitado, por cuyo motivo las letras de las canciones eran conocidas y tarareadas por la mayoría de los oyentes, entre los que estábamos incluidos también los niños. No se trata de hacer aquí , tal como ya se indicó, un estudio sistemático de aquellas inolvidables canciones e intérpretes pues ya hubo las suficientes investigaciones y publicaciones al respecto, pudiendo poner como ejemplo la selección musical de la magnífica película de Patiño “Canciones para después de una guerra” y a los excelentes grupos de intérpretes que han actualizado con mucho cariño y acierto las más famosas, tal como es el caso de “Radio Topolino Orquesta” y “El Consorcio”.

 

No obstante han quedado muchas canciones totalmente olvidadas que ahora recordaremos las letras de alguna de ellas, con todo merecimiento. Debo hacer previamente la importante observación de que éstas han brotado desde el profundo pozo de mi memoria y no ha habido otra fuente ni de inspiración ni de consulta previa. Por tal motivo puede haber y hay fallos en parte de alguna de ellas pero el núcleo de cada una, incluido el estribillo, permanece casi fiel a la realidad y puede así ayudar a dar una vuelta al recuerdo de muchas de éstas que tanto oíamos y cantábamos. Ahí van estas letras que parecían olvidadas y que a más de uno puede emocionar al encontrarse de nuevo con alguna de ellas, que en su niñez oyó y aprendió y nunca olvidó.

 

En la clasificación de éstas no se mantiene ningún orden, pero hay una que para mí guarda un valor especial por su contenido cómico y por ser una de las que más cantábamos a coro los niños y las niñas, sentados en corro sobre el mismo centro de la calle si hacía buen tiempo o dentro de un portal cuando llovía. Esta canción tenía por título “Sin novedad Señora Baronesa” y su letra, casi completa decía así: “José, José, aquí la baronesa”, “que llegué anoche a la ciudad”, “José, José,  llamo para preguntarte”, “si en el palacio hay novedad”. “No hay novedad, señora baronesa”, “no hay novedad, no hay novedad”, “solo pasó que anoche le robaron”, “las perlas de su gran collar”, “y que también un terremoto”, “a la techumbre hizo volar”, “por lo demás, la cosa está tranquila”, “no hay novedad, no hay novedad”. “Ramón Ramón, Ramón del alma mía”, “mi confianza pongo en ti”, “Ramón Ramón, mi mente desvaría”, “dime qué pasa por ahí”. “No hay novedad, señora baronesa”, “no hay novedad, no hay novedad”, “solo pasó que anoche cayó un rayo”, “y del palacio hizo un solar”, “y que después lo que quedaba”, “se lo ha llevado un huracán”, “por lo demás, esto es un paraíso”, “no hay novedad, no hay novedad”. “Manuel Manuel, te llamo desde el pueblo”, “muy disgustada desde ayer”, “Manuel Manuel estoy que ya ni duermo”, “di la verdad, di la verdad”. “No hay novedad, señora baronesa”, “no hay novedad, no hay novedad”, “le llamo a usted desde la casa del perro”, ”porque tampoco el perro está”, “todo acabó y a los bomberos”, “les nada queda que hacer ya”, “por lo demás, esto es un paraíso”, “no hay novedad, no hay novedad”.

 

Recordamos ahora otras pocas, aunque algunas de ellas no están completas pero que pese a ello merecen ser citadas.

 

Se va el caimán

 

“Se va el caimán, se va el caimán”, “se va para Barranquilla”, “se va el caimán, se va el caimán”, “se va y no volverá”. “Una chica patinando patinando se cayó”, “y en el suelo se le vio ¿el qué?”, “que no sabía patinar”. “Se va el caimán, se va el caimán”, “se va para Barranquilla”, “se va el caimán, se va el caimán”, “se va y no volverá”.

 

Esta  canción fue censurada y prohibida su radiodifusión en Asturias debido a que, según radio macuto, en el puerto de Gijón varios jóvenes tiraron un tablón al agua con una foto de Franco en ella y comenzaron a cantar a coro: “Se va el caimán, se va el caimán”, “se va para Argentina”, “se va el caimán, se va el caimán”, “se va y no volverá”. La policía se enteró del espectáculo y lógicamente la canción fue retirada de la circulación.

 

Otra canción censurada por iniciativa del clero, ésta por impía, fue “Rascayú” pues en ella se consideró que se ridiculizaba la vida en el más allá, ya que su estribillo repetía muchas veces “Rascayú cuando mueras qué harás tú”, “tú serás un cadáver nada más”.

 

La Tonta Tomasa

 

“Tomasa gritan los chicos del pueblo”, “Tomasa a todos sirves de guasa”, “Tomasa todos dicen que eres tonta”, “pero sabes hacer caca”. “Yo nunca he tenido novio”, “ni dios me dé tentación”, “pues yo a los hombres los quiero”, “lejos de mi corazón”. “Y si alguno se me acerca”, “aprovechando mi tontuna”, “esos son falsos testimonios, que le levantan a una”. Venía ahora un recitado: “El otro día un mozo me dijo que se quería casar conmigo. Si yo soy tonta le dije. Qué más da, me respondió, también las rosquillas son tontas y saben muy ricas”

 

Santa Marta

 

“Santa Marta, Santa Marta tiene tren”, “Santa Marta, tiene tren, pero no tiene tranvía”. “Si no fuese por las olas, caramba”, “Santa Marta moriría, caramba”. “Las mujeres, las mujeres colombianas”, “no saben ni dar un beso”, “en cambio las españolas, caramba”, “besan que es un embeleso, caramba”.

 

Me he de comer esa tuna

 

“Guadalajara en un llano, México en una laguna”, “Guadalajara en un llano, México en una laguna”. “Me he de comer esa tuna”, “me he de comer esa tuna”, “me he de comer esa tuna”, “aunque me espine la mano”. “Dicen que soy hombre malo”, “malo y mal acostumbrado”, “dicen que soy hombre malo”, “malo y mal acostumbrado”. “Porque me comí un durazno”, “porque me comí un durazno”, “porque me comí un durazno”, “de corazón colorado”.

 

Tabernero

 

 

“Tabernero que idiotizas”, “con tu brebaje de fuego”, “llena de nuevo mi copa”, “bien rellena de veneno”. A continuación seguía un monólogo con voz de borracho: “los hombres no valemos nada, y, digo que no valemos nada porque el otro día me saqué una fotografía y la expuso el fotógrafo con el valor de seis como ésta, 10 pesetas. ¡ Vivan las mujeres !, que todo el mundo debiera estar casado para que supiera lo que es bueno. Soy un hombre de una inteligencia cristalina, pues gracias a mí han podido enterrar a mi primo Telesforo. Primo mío que se murió sentado en una silla. Como estaba tan tieso y doblado no lo podían enterrar. Yo lo he solucionado. Metieron el ataúd vacío en el coche y él se fue sentado en el pescante con el cochero. “Tabernero que idiotizas”, “con tu brebaje de fuego”, “sigue llenando mi copa”, “bien rellena de veneno”. “Como yo no tengo amores”, “y los que tuve murieron”, “placer encuentro en el vino”, “que me sirve el tabernero”. “Tabernero, tabernero”, “yo ya no tengo remedio”.

 

Limosna de amor

 

“Como paria del destino”, “solo he hallado en mi camino”, “la tristeza y el dolor.” “Fuiste tú la magdalena”, “la mujer más bella y buena”, “que consuela mi dolor”. “Yo te debo mi alegría”, “toda la luz de este día”, “que me produce tu amor”. “Y si alguna vez nos encontramos”, “los apuros que pasamos”, “solo lo sabemos tú y yo”. “Limosna de amor”, “me diste un instante”, “limosna de amor, a mi alma sangrante”, “limosna de amor”, “que no te pedí”, “déjame conmigo tu buena limosna”, “teniéndote siempre muy cerca de mí”.

 

Mi hijo

 

“Yo tenía un hijo”, “que era mi alegría”, “ángel de los cielos”, “luz del mediodía”. “Bello cual su madre”, “fuerte como yo”, “hijo más hermoso”, “nunca más se vio”. “Al llegar rendido a casa”, “de tanto como lucho”, “venía a mí diciendo”, “papá te tero mucho”. “Pero el hijo tan querido”, “hace poco se murió”, “no comprendo como puedo”, “vivir con su ausencia yo”. “Hijo pedacito de mi carne”, “pedacito de mi vida”, “de mi pobre corazón”. “Hijo al saber que te he perdido”, “mi sollozo es el rugido que lanza fiero el león”. “Ahora ya no lucho”, “ando dando tumbos”, “y cuando llego a casa”, “parece que le escucho”, “papá te tero mucho”. “Su madre a mí abrazada”, “solloza como yo”, “los dos nos hemos muerto”, “el día que él murió”. “Aunque soy un fiel creyente”, “a mi Dios pregunto así”, “para qué te lo has llevado”, “si era todo para mí”.

 

La caravana

 

“Cantando van alegres”, “su tierra está lejana”, “errantes van en caravana”, “pueblos y pueblos los ven pasar”. “La caravana, con sus cantos y risas”, “la ruta sigue, sin sentir el dolor”. “Tan solo él quedó sin compañera”, “si ella estuviera, qué felices los dos”. “Tan solo él no ríe”, “tan solo él no canta”, “quiere olvidar en caravana”, “la triste suerte que le afectó”.

 

Soñar despierto

 

“Qué lindo es soñar despierto”, “ajeno a la tentación”, “y despertar un momento”, “en pleno instante de la ilusión”. “Soñar con el Paraíso”, “soñar que yo soy Adán”, “sin Eva ni compromiso”, “ni manzanas de Satán”. “Soñar con un lugar desierto”, “donde poder descansar”, “qué lindo es soñar despierto”, “y luego poder despertar”.

 

Ay qué tío

 

“Ay qué tio”, “ay qué tío”, “que puyazo le ha metido”. “Los viajes de la RENFE”, “solo tienen una pega”, “que se sabe cuándo sales”, “pero nunca cuándo llegas”. “Ay qué tío”, “ay qué tio”, “qué puyazo le ha metido”. “En un carro de basura”, “me he metido el otro día”, “pues por sucio y maloliente”, “me creí que era un tranvía”. “Ay qué tío”, “ay qué tío”, “qué puyazo le ha metido”. “Los productos del mercado”, “se encarecen cada día”, “menos mal que las bebidas”, “son más caras todavía”, “ay qué tío”, “ay qué tío”, “qué puyazo le ha metido”.


Si me dejas entrar

 

“Si a tu casa me dejas entrar”, “cuantas cosas te voy a contar”. “La mujer del panadero”, “quiere pedir el divorcio”, “porque dice que el marido”, “no sirve para el negocio”. “Si a tu casa me dejas entrar”, “cuantas cosas te voy a contar”. “Si me caso y tengo suegra”, “ha de ser con condición”, “que si al año no se muere”, “la tiro por el balcón”. “Si a tu casa me dejas entrar”, “muchas cosas te voy a contar”. “Al matrimonio y al baño”, “hay que entrarle de repente”, “porque puedes tener frío”, “y entonces te arrepientes”. “Si a tu casa me dejas entrar”, “muchas cosas te voy a contar”.

 

Que se te ve

 

“Yo te conocí”, “sentada en un café”, “y cuando te vi”, “de ti me enamoré”. “Más al mirar tus piernas”, “en algo me fijé”. “Uy lo que te vi”, “cantando lo diré”. “El dedo gordo del pie”, “por la punta del zapato”, “feo y chato se te ve”. “Que se te ve”, “que se te ve”. “¿El qué?” “El dedo gordo del pie”.

 

Hay que ver

 

“Hay que ver”, “hay que ver”, “hay que ver”, “lo que inventan las mujeres”, “para lo para lo para lo”, “para lograr sus quereres”. “La romántica suspira”, “noche y día sin cesar”, “porque el príncipe que espera”, “está a punto de llegar”. “Y por fin una mañana”, “la despierta un son guerrero”, “y este son resultó ser”, “el pito del basurero”. “Hay que ver, hay que ver, hay que ver”, “lo que inventan las mujeres”, “para lo para lo para lo”, “para lograr sus quereres”.

 

Te digo adiós

 

“Cuando yo te digo adiós en la ventana”, “pienso en mañana y así es mejor”. “Es mejor pasar la vida alegremente”, “que tristemente en ti pensar”. “La vida pasa que es un primor”, “y sobre todo pasa el amor amor”. “Al llegar a tu nuevo lugar”, “me tienes que escribir”, “si te gusta mucho la ciudad”, “en donde vas a vivir”, “y si desde tu ventana ves el mar”, “cuéntame tus cosas”, “relátame de todo”, “pero del amor ni hablar”. “Cuando yo te digo adiós en la ventana”, “pienso en mañana y así es mejor”.

 

Soldado de levita

 

“Soy soldado de levita”, “de esos de caballería”, “de esos de caballería”, “soy soldado de levita”. “Me incorporé a las filas por una mujer bonita”, “por una mujer bonita que era mi alegría”. “Al pie de una planta rosa”, “a una viuda enamoré”, “a una viuda enamoré”, “al pie de una planta rosa”, “y me dijo la graciosa”, “no puedo mover un pie”, “pero si es para otra cosa”, “aunque sea cojeando iré”.

 

Palma brava

 

“Atambao”, “atambao”. “Alegre el negro palmotea”, “desde su rústica atalaya”, “mientras el buque cabecea”, “poniendo proa hacia la playa”. “No sabe el negro que taimado”, “el blanco acecha desde el puente”, “y que el estigma del esclavo”, “palpita ya sobre su frente”. “Espera del blanco”, “amor y ternura”, “ignora que trae”, “dolor y amargura”. “Atambao”, “atambao”, “atambao magnusala”.

 

Se va a Covadonga

 

“Se va a Covadonga”, “ay el enemigo”, “se va a Covadonga”, “yo no tengo miedo”, “se va a Covadonga”, “yo soy muy valiente”, “se va a Covadonga”, “yo estoy disparando”, “se va a Covadonga”, “pin pan racapún catapán”, “se va a Covadonga”, “sigo disparando”, “se va a Covadonga”. “Ay que me han tocao”, “se va a Covadonga”, “ay yo huelo a sangre”, “se va a Covadonga”, “ay que me cagao”, “se va Covadonga”.

 

Recordemos finalmente fragmentos incompletos de otras canciones que también se oyeron frecuentemente.

 

“Oh oh señor Colón”, “oh oh señor Colón”. “El señor Colón es un zapatero”, “que arreglando los pies”, “gana mucho dinero”. “En cambio la Inés”, “es la zapatera”, “siempre se la ve”, “con los dedos fuera”. “Oh oh señor Colón”, “oh oh señor Colón”, “fíjese como está el mundo”, “oh oh señor Colón”.

 

“Pájaro carpintero”, “enséñame a volar”, “y llévame contigo”, “donde mi amor está”. “Un pájaro y una pájara”, “tuvieron cuatro pajaritos”, “pero más les hubiese valido”, “comerse un par de huevos fritos”. “Pájaro carpintero”, “enséñame a volar”, “y llévame contigo”, “donde mi amor está”

 

“Madre yo quiero”, “yo quiero”, “quiero una chaqueta blanca”, “con los bolsillos de seda”, “y los botones de nácar”. “No me importa que ella sea”, “de buen lino o de lana”, “madre yo quiero”, “yo quiero”, “quiero una chaqueta blanca”.

 

“Si alguna mujer nos quiere”, “la despreciamos”, “pero si otra no nos quiere”, “a esa la adoramos”. “Ay qué caray”, “qué poco pido”, “una casa en el campo”, “cielito lindo”, “y un topolino”. “Ay qué caray”.

 

“La casa está triste”, “murió mi vecina”, “dejando apenado a su pobre hogar”, “a mi buen amigo”, “y a su linda nena”, “que juntos llorando su falta están”. “Papito querido tengo mucho sueño”, “mirad cuantas velas”, “pusieron los hombres”, “que hay allá arriba”, “yo quiero mirar”, “es mi mamita”, “papito querido”, “decidle que venga”, “conmigo a jugar”.

 

“Pero una noche de Reyes”, “cuando a mi hogar regresaba”, “comprobé que me engañaba”, “con mi amigo más fiel”. “Preso de ira y coraje”, “para vengar tal ultraje”, “allí mismo los maté”. “Qué cuadro compañero”, “no quiero recordarlo”, “con los zapatos del hijo”, “el cariño de su padre”, “espera un regalito”, “no sabe que a su madre”, “por mala y traicionera”, “su padre la mató”.

 

“Yo tengo una novia”, “que se llama Carolina”, “Carolina, Carolina,” “Carolina de mi corazón”. “Cuando yo le digo adiós”, “con gran simpatía”, “con mucha pasión”, “ella llorando está”, “en nuestra despedida”, “Carolina de mi corazón”.

 

“Qué lindo es estar enamorado”, “todo parece más bonito”, “teniendo el corazón prendado”, “vivir tan solamente”, “para mi amorcito”. “Las flores me parecen más bonitas”, “que adornan muy alegres mi ventana”. “Si hasta el sol”, “qué caray”, “brilla más”, “qué caray”, “cuando voy de paseo”, “por la ciudad”.

 

Con el título en español de “no cambies caballos” hubo una canción cantada en inglés, con ritmo de fox-trot y con una orquesta de instrumentos de viento. Su máxima difusión fue en los años 40 y estaba tan de moda que incluso era una de las más sonadas en las barracas durante las fiestas de San Mateo.

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