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30 de noviembre de 2015

EL CASTILLO


Cuando vi El Castillo, entre las novedades editoriales de Ediciones B, supe que tenía que leerla. La Edad Media me apasiona y sus personajes, reales o imaginarios, me atraen mucho. Hasta ahora no había tenido oportunidad de leer a Luis Zueco y, ahora que lo he hecho sé que volveré a leerle.
España es tierra de castillos, no más si decimos que por ello hay dos Castillas, pero, hasta ahora no había leído nada que hiciera referencia a ellos como personajes de una novela y es que, en El Castillo, este es el personaje principal, parece un ente dotado de vida que va creciendo y haciéndose más fuerte poco a poco.
El castillo, de Luis ZuecoJuan y su hijo Fortun deambulan por tierras aragonesas buscando trabajo. Los árabes están por todas partes y es difícil encontrar uno. Los lombardos, que se encargaban de la edificación de los castillos, han regresado a su tierra cansados de los peligros y de dejar sus obras sin terminar. Juan consigue, con su tenacidad, un puesto para él y para su hijo, quien da la sensación al lector de tener alguna enfermedad psicológica o neurológica, en el nuevo castillo que se va a construir en la extremadura del territorio cristiano, en Loarre, una zona montañosa que está justo en el límite fronterizo con los sarracenos. Construir un castillo no es cosa de un día ni de un año, por ello se necesitará mucho dinero y muchas manos siendo su edificación muy larga en el tiempo. La construcción se detendrá en varias ocasiones y sufrirá diferentes alteraciones en su plano original llegando, de esta forma, a ser un castillo único, todo él construido sobre roca y con una abadía en su interior creando un equilibrio imposible, mágico diría yo, y que, a día de hoy, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar y civil del románico español y la mejor fortaleza románica conservada en Europa.
El trabajo y la vida de los hombres y mujeres que construyeron esta maravilla es lo que Luis Zueco quiere retratar. Aún apareciendo, esporádicamente, personajes históricos, como Sancho III el Mayor o Ramiro I, son las personas que a golpe de maza y espada levantaron esta construcción las que protagonizaran El Castillo. En el período en que tiene lugar la narración nos encontramos con el final de la Iglesia con liturgia hispano goda y la institución de la Iglesia de Roma y el impulso cluniacense. También nos encontramos con una novela que habla del Reino de Pamplona y el nacimiento del Reino de Aragón los cuales, a pesar de su importancia, no suelen aparecer con frecuencia en este tipo de novela ni en ningún otro, lo cual también se agradece. El Castillodescribe a la perfección la oscuridad de ese período medieval donde las guerras estaban a la orden del día y la Iglesia era terriblemente sombría.
Una novela narrada en tercera persona que, aunque tendrá su base en Loarre, también nos llevará a otros lugares en unas páginas que nos contarán una historia bastante interesante.
A pesar de que he disfrutado con esta novela ha habido momentos en los que me he perdido sobrepasada por la información arquitectónica que ofrecía, en mi opinión, demasiada. No obstante es una novela para todo tipo de lector que pueda animarse a acercarse a sus páginas, ya que es una novela de ficción muy bien construida.

Luis ZuecoLuis Zueco (Borja, 1979) es novelista, historiador, investigador y fotógrafo. En la actualidad es el director del Castillo de Grisel, fortaleza medieval convertida en hotel con encanto. Además, es ingeniero industrial, licenciado en Historia y máster en Investigación Artística e Histórica, miembro de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, vicepresidente de la Asociación de Amigos de los Castillos de Aragón y colaborador, como experto en patrimonio y cultura, en diversos medios de comunicación.
Su novela El escalón 33 recibió la Mención de Honor en el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza 2012, el Premio al Mejor Thriller Histórico 2012 de la web Novelas Históricas y fue seleccionada en el I Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda. También ha publicado la novela histórica Tierra sin rey y la guía Castillos de Aragón: 133 rutas.

FICHA TÉCNICA
PortadaTítuloEl Castillo
AutorLuis Zueco
EditorialEdiciones B
Páginas688
Año de edición2015
Precio21,00€ Cartoné / --,--€ eBook
ISBN978-84-666-5774-7

Fuente de la imagen de Santiago Castellanos: edicionesb.com 

12 de noviembre de 2015

El escritor mexicano Fernando del Paso gana el Premio Cervantes 2015


El máximo galardón de la literatura en español reconoce el conjunto de la obra del narrador y ensayista mexicano. Es autor de novelas como 'Noticias del imperio' y 'Palinuro de México'. El premio, dotado con 125.000 euros, se entregará el 23 de abril de 2016

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El escritor mexicano Fernando del Paso. / FOTO: SAÚL RUIZ / VÍDEO: CANAL 44 UDEG
El escritor mexicano Fernando del Paso ha ganado el XXX Premio Miguel de Cervantes. Es el galardón literario más importante del español con el cual se rinde homenaje al conjunto de la obra de un autor. Según el jurado, el premio se ha concedido "por su aportación al desarrollo de la novela aunando tradición y modernidad, como hizo Cervantes en su momento. Sus novelas llenas de riesgos recrean episodios fundamentales de la historia de México, haciéndolos fundamentales". Según la académica Inés Fernández Ordóñez, presidenta del jurado, el escritor mexicano ha desarrollado una literatura que "asume riesgos y es innovadora. Su obra forma parte de la historia de la literatura latinoamericana". El premio, dotado con 125.000 euros, se entregará en un acto especial el 23 de abril de 2016, en la Universidad de Alcalá de Henares.
Fernando del Paso (Ciudad de México, 1 de abril, de 1935) es narrador, ensayista, poeta y dramaturgo de títulos emblemáticos como José Trigo(Premio Pablo Xavier Villaurrutia, 1966), Palinuro de México (Premio Rómulo Gallegos, 1982) y Noticias del Imperio (Premio Mazatlán de Literatura, 1988).Entre los ensayos figuran El coloquio de invierno (con Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez), 1992; Yo soy hombre de letras: discurso de ingreso. Respuesta de Miguel León-Portilla, 1996; y Viaje alrededor del Quijote, 2004.
Del Paso es el sexto mexicano en recibir el premio, tras Octavio Paz (1981), Carlos Fuentes (1987), Sergio Pitol (2005), José Emilio Pacheco (2009) y Elena Poniatowska (2013). Lo que significa que es el cuarto mexicano en 10 años.
Escritor, dibujante, novelista, diplomático, académico y en sus tiempos gran locutor de radio, la obra de Fernando del Paso destaca por su mirada a la historia de México. Se siente influenciado por escritores como Joyce, Dos Passos, Faulkner, Sterne, Rabelais, Flaubert, Sófocles...

Bibliografía

Ensayo: El coloquio de invierno (con Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez), 1992; Yo soy hombre de letras: discurso de ingreso. Respuesta de Miguel León-Portilla, 1996; Viaje alrededor del Quijote, 2004; Bajo la sombra de la historia: ensayos sobre el Islam y el judaísmo, 2011.
Infantil: De la A a la Z por un poeta (con ilustraciones de Ignacio Junquera), 1988.
Narrativa: José Trigo, 1966; Palinuro de México, 1980; Noticias del imperio, 1987; Linda 67. Historia de un crimen, 1995; Cuentos dispersos, 1999.
Poesía: Sonetos del amor y de lo diario, 1958;Paleta de diez colores (con ilustraciones de Vicente Rojo), 1992; PoeMar, 2004.
Teatro: Palinuro en la escalera, 1992; La loca de Miramar, 1998; La muerte se va a Granada: poema dramático en dos actos y un gran final, 1998.
Otros géneros: Visiones de un escritor, 1990;Douceur et passion de la cuisine mexicaine, 1991;Memoria y olvido, vida de Juan José Arreola (1920-1947) contada a Fernando del Paso, 1994;Trece Técnicas Mixtas, 1996; 2000 caras de cara al 2000, 2000; Castillos en el aire. Fragmentos y anticipaciones. Homenaje a Mauritz Cornelis Escher, 2002; El mito de dos volcanes: Popocatépetl, Iztaccíhuatl, 2005.
Noticias del Imperio es su obra más prestigiosa. En esa novela, Del Paso narra la historia del emperador Maximiliano de Habsburgo, emperador mexicano entre 1864 y 1867, y de su esposa, Carlota, convertido, según ha dicho su autor, en uno de los episodios “más bellos y surrealistas” de la historia de su país. Al llegar pensaron que iban a ser recibidos con todos los honores pero el destino los llevó por otros lares. En una entrevista concedida a este diario el año pasado, Del Paso dijo: “Desde muy niño supe que habíamos tenido un emperador rubio llamado Maximiliano a quien habíamos fusilado en Querétaro, casado con Carlota, una mujer que se había vuelto loca y que había vivido hasta 1927, el año en que Charles Lindbergh cruzó el Atlántico en un avión. Esta historia me pareció lo suficientemente trágica, bella y surrealista como para ocuparse de ella”. Es la novela que el propio autor recomendaría para alguien que quiera acercarse a su obra. Aunque son casi mil páginas, pero Del paso dice que debe hacerse “con paciencia y buena disposición de ánimo”.
En Palinuro de México, Del Paso, contó en una entrevsita a este diario en 2007, que la idea era recrear su adolescencia: "Una vida picaresca. Quise ser médico, pero me di cuenta de que me iba a quitar todo el tiempo, y me fui a economía. Los aspectos románticos de la medicina empapan todo el libro. Ahí cuento el que fui, el que quise ser, el que pude haber sido, el que pude haber querido ser".
Gran conocedor de la historia pasada y presente de su país, Fernando del Paso ha estado muy atento a la actualdiad mexicana. De ella escribiño lo siguiente en un artículo reciente: "A los casi ochenta años de edad me da pena aprender los nombres de los pueblos mexicanos que nunca aprendí en la escuela y que hoy me sé solo cuando en ellos ocurre una tremenda injusticia; sólo cuando en ellos corre la sangre: Chenalhó, Ayotzinapa, Tlatlaya, Petaquillas...¡Qué pena, sí, qué vergüenza que sólo aprendamos su nombre cuando pasan a nuestra historia como pueblos bañados por la tragedia!"
El jurado ha estado formado por Inés Fernández-Ordóñez, designada presidenta, propuesta por la RAE; Juan Gelpí, por la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española; Pedro Manuel Cátedra, por la CRUE; Verónica Ormachea, por la Unión de Universidades de América Latina; Beatriz Hernanz, por el director del Instituto Cervantes; Enrique Krauze, por el ministro de Educación, Cultura y Deporte; Oti Rodríguez Marchante, por la FAPE; Carmen Martina Intriago, por la Federación Latinoamericana de Periodistas; y Pierre, por la Asociación Internacional de Hispanistas.

Todos los premiados con el Cervantes

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    8 de noviembre de 2015

    ¿Ya nadie quiere hablar?


    La psicóloga Sherry Turkle quiere saber por qué cada vez nos comunicamos más a través del móvil en lugar de hacerlo cara a cara y reabre el debate sobre el uso de Internet

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    LUIS SEVILLANO
    Sherry Turkle quiere abrir un debate sobre el arte de conversar. Esta psicóloga estadounidense del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), una de las grandes analistas de la digitalización de nuestras vidas, quiere saber por qué cada vez nos comunicamos más a través de dispositivos móviles en lugar de hacerlo cara a cara, por qué elegimos enviar mensajes de texto y llamamos menos, y por qué chateamos con un amigo mientras estamos sentados en la mesa con nuestros nuestros hijos a la hora de la cena.
    ¿Está en crisis el arte de conversar? La pregunta inspiró la investigación que dio lugar al libro Reclaiming Conversation, el último trabajo de Turkle, que lleva tres décadas estudiando cómo nos adaptamos a los avances de la tecnología y su influencia en nuestras relaciones. La autora representa hoy al sector más moderado y realista de un contexto en el que estamos más acostumbrados a oír a los extremos. Turkle no cree que la tecnología sea el problema, sino cómo la utilizamos, y propone que hagamos un uso “deliberado” de nuestros dispositivos.
    La experta habla del padre que acompaña a su hija de siete años a una excursión del colegio y se da cuenta de que ha pasado una hora actualizando con fotos su perfil de Facebook, pero no ha hablado ni una sola vez con la niña. Del joven que admite que mira el teléfono por si tiene mensajes de sus amigos, pero que en ausencia de actualizaciones, entra en Twitter, Instagram o Facebook, “lugares familiares” para él. “En ese momento el teléfono es mi amigo”, explica. O de la universitaria que reconoce que, al saber que ha fallecido el familiar de una amiga, le enviará un correo electrónico, pero no le llamará por teléfono “porque le interrumpiría”.
    Los adultos estadounidenses consultan de media su teléfono cada seis minutos y medio
    Los adultos estadounidenses consultan de media su teléfono cada seis minutos y medio. “¿Por qué pasamos tanto tiempo mandando mensajes y aún así nos sentimos tan desconectados de los demás?”, pregunta Turkle. La respuesta, según ella, está tanto en la falta de conversaciones cara a cara como en la cantidad de veces que las abandonamos para mirar un teléfono. “Se nos ha olvidado que hay una nueva generación que ha crecido sin saber lo que es una conversación ininterrumpida”, asegura.
    En su anterior libro, Alone Together, Turkle hizo su primer diagnóstico del efecto de la comunicación digital en las relaciones personales. Las entrevistas que realizó entonces revelaban un mundo en el que los jóvenes están frustrados por la falta de control sobre las conversaciones que mantienen. No saben si sus interlocutores les van a escuchar o hacia dónde puede derivar la charla. Se sienten incapaces de anticipar su respuesta. En Reclaiming Conversation, Turkle defiende que la sociedad debe aprovechar ese sentimiento de engaño para volver a la palabra hablada, que define como una “cura” ante la digitalización de las interacciones sociales.

    “Prefiero enviar un mensaje de texto”

    “La tecnología está aquí para quedarse, con todas las maravillas que aporta, pero es el momento de considerar cómo afecta a otras cosas que apreciamos”, dice. Uno de los riesgos, según Turkle, es que podemos perder una cualidad esencial en las relaciones humanas: la empatía. “Cada vez que consultas tu teléfono en presencia de otras personas, estimulas tus neuronas, pero también te pierdes lo que tu amigo, tu profesor, tu pareja o tu familiar te acaba de decir”.
    La experta asegura que la conversación, el lugar donde escuchamos y conocemos al otro, es el espacio que representa más riesgos. “Nos escondemos unos de otros porque es más fácil componer y editar un mensaje” digital que “la conversación espontánea donde podemos estar presentes y ser vulnerables”. Algunos de sus entrevistados reconocen que prefieren “enviar un mensaje” antes que tener una conversación “incómoda” con otra persona “en la que no pueden controlar lo que van a decir”.
    Frente a la visión escéptica de Turkle, el debate sobre las bondades, supuestas o no, del mundo online ha inspirado grandes defensas por parte de otros dos expertos estadounidenses. El profesor neoyorquino Jeff Jarvis describe la Red como una “gran oportunidad para aumentar la transparencia”. Jarvis creó su primer blog el mismo día que cayeron las Torres Gemelas en los atentados del 11 de Septiembre de 2001. Desde entonces defiende que la comunicación a través de internet no lleva a la soledad, sino que está alimentando una cultura de compartir sin precedentes y de “fabricar relaciones”. Y estas relaciones son, según su colega Clay Shirky, el verdadero potencial de Internet. Sus ideas, desarrolladas en obras como Excedente Cognitivo o Here Comes Everybody, estas herramientas permiten dar rienda suelta a nuestras ansiedades humanas ancestrales de compartir, de relacionarse, de cooperar, de ser creativos.
    “Hay una generación que ha crecido sin saber lo que es una conversación ininterrumpida”, alerta
    Turkle abarca en su investigación todo tipo de conversaciones, con nosotros mismos, con nuestra familia y amigos, con nuestra pareja, nuestros profesores o nuestros compañeros de trabajo y con el resto de la sociedad. Turkle alerta de que “nos está silenciando la tecnología” y que los teléfonos, ordenadores y tabletas nos han ayudado a alejarnos del cara a cara. “Incluso un teléfono en silencio inhibe la conversación”. El atractivo de la interacción digital es la promesa de que cumple tres de nuestros deseos: “Que siempre se nos va a escuchar, que podemos prestar atención donde y cuando queramos, y que nunca tendremos que estar solos”.
    La autora reconoce que gran parte de la dependencia de los dispositivos móviles se debe al fenómeno conocido como ‘FOMO’ -Fear of missing out- el miedo a perdernos lo que ocurre mientras estamos desconectados. Pero alerta de que, llevado al extremo, condena a los usuarios hacer constantemente varias cosas a la vez: consultar el teléfono durante la cena con la familia, responder emails durante una reunión, borrar mensajes en un semáforo. “Cuando pensamos que hacemos multitasking, en realidad nuestro cerebro se mueve rápidamente de una tarea a otra y nuestra efectividad decae con cada cosa que añadimos”, escribe.
    La profesora de MIT apunta a las relaciones con los niños como el mayor peligro de la tecnología y recuerda casi con nostalgia cuando le decía a su hija “usa tus propias palabras” en una conversación o “mírame mientras te hablo”. “Los menores aprenden que hagan lo que hagan, no logran acaparar la atención de los adultos que están conectados. Vemos a niños a los que les falta conversar, pero también padres que les miren a la cara”, escribe Turkle. En los menores está también la primera promesa de esperanza. “La manera más realista de romper este círculo es que los padres asuman su responsabilidad como mentores (...) No les pidamos que dejen el teléfono, tenemos que dar ejemplo nosotros”.
    Todos podemos impulsar este regreso a la conversación, dice Turkle, a través de pequeños pasos, como hacer las cosas más despacio, crear lugares “sagrados” -en casa, la escuela o la oficina- donde no entren los dispositivos móviles, o convocar reuniones solo para conversar. “En vez de contestar emails mientras empujas el carro de tu hija, habla con ella; en vez de poner una tableta en la hamaca de tu bebé, léele un libro”.