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25 de junio de 2020

Alfonso Henriques, primer rey de Portugal




COIMBRA. 6 diciembre 1185. El rey Alfonso Henriques ha fallecido en Coimbra a los 76 años de edad. Aquejado de una salud muy deteriorada, hacía años que había delegado el gobierno del reino en su hijo Sancho, quien ha sido proclamado rey tras la muerte de su padre.

Alfonso era hijo de Enrique de Borgoña y de Teresa de León, hija bastarda del Alfonso VI y de la noble leonesa Jimena Muñoz. Enrique de Borgoña acudió a León cuando, tras la derrota de Sagrajas (1086, reacción almorávide tras la conquista de Toledo), el rey leonés pidió ayuda a sus familiares borgoñones del norte de los Pirineos. Entre los muchos nobles que llegaron se encontraban Enrique y su primo Raimundo, conde de Borgoña, quien se casaría con la hija de Alfonso VI y futura reina Urraca de León.  Así, con su primo Raimundo comenzaba la dinastía borgoñona en el reino de León.

Alfonso VI otrogó a Enrique el entonces condado de Portugal mientras que Raimundo pasó a ser rey consorte de León cuando, tras la muerte de aquél, fue coronada su hija Urraca. Pero Raimundo murió pronto y Urraca contrajo matrimonio con Alfonso I de Aragón (el Batallador), produciéndose así la primera unión dinástica entre Castilla y Aragón. Sin embargo, este matrimonio siempre fue tremendamente malavenido, con episodios de malos tratos y llegando a la guerra entre el rey y la reina, con lo que acabó con el repudio de Urraca por parte de Alfonso en 1114, poniendo fin a la primera unión dinástica entre ambos reinos.

Fue durante estos años, concretamente en 1112, cuando Enrique de Borgoña aprovechó las turbulencias y declaró la independencia de Portugal con respecto de León. Sin embargo, no pudo ir más allá porque falleció poco después, dejando a su hijo Alfonso, de tres años, bajo la custodia de su madre Teresa. Pero cuando Alfonso alcanzó la mayoría de edad, el joven conde chocó con su madre, quien huyó a León y consiguió la ayuda de Alfonso VII quien, en el apogeo de su poder, se había declarado emperador de las Hispanias, La batalla decisiva entre madre e hijo tuvo lugar en Memede, el día de San Juan de 1128, donde el conde derrotó al emperador.

Ya como conde independiente, Alfonso trasladó la corte a Coimbra con el objetivo de expandir su territorio a costa de los almorávides, como hizo cuando venció a éstos en la batalla de Ourique, lograda contra un fuerte contingente musulmán y tras la cual sus soldados le declararon rey de Portugal. Fue el 24 de junio de 1139. Por su parte, el emperador Alfonso VII de León todavía intentaría someter al rey portugués, pero fue derrotado en la batalla de Valdevez. Finalmente, Alfonso I conseguiría el reconocimiento definitivo del emperador en el tratado de Zamora (1144), firmado entre Portugal y León. Había nacido un nuevo reino.

Alfonso I convirtió a Portugal en el reino más adelantado de la península en lo que a la reconquista se refiere, conquistando Lisboa en 1144 tras un cerco de tres meses, y con posteriores avances tanto a costa de los almohades como de la reserva de conquista de León, donde llegó a tomar Cáceres, Trujillo y Badajoz, lo que obligó a Fernando II de León a pactar con los almohades para evitar la caída de las plazas en manos portuguesas.

Alfonso I de Portugal consiguió el reconocimiento de la Sente Sada en 1179, cuando el papa Alejandro III recompensó así su participación en la Segunda Cruzada y su apoyo en la lucha que el papa mantuvo contra el imperio.

Fuente:

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IMAGEN SUPERIOR: ALFONSO I DE PORTUGAL


Hoy hace 892 años que Portugal se independizó del reino de León



Hoy hace 892 años que Portugal se independizó definitivamente del reino de León. Enrique de Borgoña ya había declarado la independencia del ducado en 1112, pero falleció poco después y su mujer, hermana del rey de León, detuvo la secesión.
Pero cuando su hijo Alfonso alcanzó la mayoría de edad, volvió a declarar la independencia del ducado, de nuevo contra la oposición de su madre y su familia leonesa. Los tensiones fueron subiendo de tono hasta que los leoneses invadieron Portugal en 1128. Las tropas se encontraron en el campo de San Memede, cerca de Guimaraes. Alfonso derrotó a los leoneses y pudo mantener la independencia de Portugal, aunque todavía como ducado.
En 1139, tras la batalla de Ourique, los soldados de Alfonso I de Portugal le declararon rey espontáneamente. Este hecho volvió a molestar a los leoneses, que volvieron a enviar tropas a Portugal y que volvieron a ser derrotados en la batalla de Valdevez, con lo que en 1144, definitivamente León pactaba con Alfonso I de Portugal y le reconocía como rey. No obstante, la Santa Sede se abstuvo de reconocerlo hasta 1179, después de tensas y largas negociaciones que acabaron por enriquecer y fortalecer al clero portugués de forma importante.

4 de febrero de 2020

Origenes de Israel



Esta entrada se centra en la génesis y nacimiento del antiguo reino de Israel. La interpretación histórica de este hecho no es fácil pues las únicas fuentes judías a las que poder acudir están compuestas por los libros del Antiguo Testamento y la propia tradición judía. El problema de dichas fuentes está en que no son necesariamente históricas pues son de naturaleza religiosa y en lo tardío de su redacción, que no es coetánea a los hechos. Sin embargo, sí es cierto que muchos pasajes históricos mencionados en la Biblia han sido confirmados por fuentes externas (egipcias, mesopotámicas,...) y por los hallazgos arqueológicos. Esto concede cierta verosimilitud a dichos pasajes aunque deban ser vistos con cierto distanciamiento debido a la naturaleza de los textos.


 LOS ORÍGENES  

Es una cuestión controvertida aquella que se refiere al origen y primeros tiempos de los pueblos de Israel. La fuente principal con que contamos es la bíblica. Según ésta, Abraham parte de la ciudad de Ur (Mesopotamia) con su familia, animado por la divinidad, Yahvé. Continúa la tradición con el establecimiento en tierras de Canaán (actualmente compuesta por el estado de Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania) por un tiempo, hasta que el hambre impulsa a los descendientes de Abraham a entrar en Egipto. Desde una perspectiva histórica, la migración de Abraham se enmarcaría en los movimientos de pueblos amoritas y arameos que se producen a mediados del segundo milenio y se encuentra descrita en el Génesis, primer libro de la Biblia.



Los patriarcas darán origen, a través de sus descendientes, al nacimiento mítico de doce tribus que componen el pueblo de Israel. La personalidad histórica de personajes como Abraham, Jacob o Isaac es cuestionada, optándose por admitir algunos e identificar otros con grupos tribales (Isaac y Jacob).

El siglo XV a. c. se admite como fecha probable de la migración inicial. Su origen, la alta Mesopotamia. El modo de vida nómada y la ganadería trashumante descrita en la Biblia era habitual en la época y ha sido confirmado por hallazgos arqueológicos. También hay multitud de referencias bíblicas sobre ciertos aspectos sociales como que se practicaba la esclavitud (el propio Abraham llega a tener descendencia con una de las esclavas de su mujer) así como también la poligamia (Jacob llega a tener dos esposas, ambas hermanas) y los sacrificios rituales. Según la tradición judía, la práctica de la circuncisión data de la época de Abraham y la practica con sus propios hijos.

Cada vez parece más claro que la religión judía fue en sus inicios de caracter henoteísta, es decir, que practicaba la monolatría en lugar del monoteísmo que tradicionalmente se le ha atribuido y que hoy en día se practica. La diferencia estriba en que la monolatría reconoce la existencia de varios dioses, aunque sólo se adore a uno, mientras que el monoteísmo sólo reconoce la existencia de un único dios. De hecho, no se puede asegurar la creencia monoteísta rigurosa, heredada por el judaismo actual, hasta después de la época de Moisés. 


 DE EGIPTO A LA TIERRA PROMETIDA. 

La entrada en Egipto se explica como un movimiento característico de pueblos nómadas hacia zonas de sedentarización en períodos de crisis. El propio relato bíblico de José relatado en el Génesis habla de una época de hambruna que no afecta al país del Nilo (pues disponían de excedente almacenado de años anteriores). De hecho, en Egipto se documentan numerosas infiltraciones en la región del delta en la época. No está clara, sin embargo, la naturaleza de la presencia judía en esos primeros momentos (aunque bien pudiera ser pacífica, no forzada) y si realmente acabaron convirtiéndose en esclavos, cómo sucedió dicho proceso. Generalmente, se admite la entrada en Egipto hacia finales del siglo XIV y su presencia en la actividad constructora de Ramsés II es segura.

A mediados del siglo XIII se inicia la búsqueda de marcos territoriales por parte de grupos étnicos conscientes de constituir entes nacionales, así se crean los reinos de Edom, Amón y Moab, de origen cananeo. El pueblo de Israel, conducido por una figura de connotaciones míticas, Moisés, se dirige a Canaán, instalándose en Palestina. Esta instalación se presume parte de un lento proceso de infiltración pacífica, culminada por una fase violenta. La estrategia principal se basaba en que cada tribu ocupó una parcela territorial, preferentemente montañosa en principio, desde la cual ocupar los valles, en confrontación con la población preexistente.


La existencia histórica de Moisés es muy discutida. No existen documentos históricos extrabíblicos que la apoyen, ni siquiera entre las fuentes egipcias de la época. Los que la defienden, en cambio, deben acudir siempre al texto bíblico donde su presencia juega un papel fundamental en la configuración del pueblo israelita y suelen justificar la ausencia de noticias ajenas a la tradición judía debido a la época convulsiva que supuso la presencia hicsa en Egipto. Por otro lado, la realización del Éxodo, bajo la dirección de Moisés, engloba un período histórico crucial en la formación de la cultura israelí porque en él se conforman algunos rasgos culturales básicos, entre ellos la adopción del dios nacional y el establecimiento de la Alianza.


 EL DIOS DE ISRAEL 

El origen del culto a Yahvé es oscuro. Parece que recibe su definición característica a través de Moisés. Su contacto en el Monte Sinaí refleja la revelación divina: la divinidad hace conocer su nombre a Moisés (un hecho extraordinario, pues el nombre de la divinidad, el Tetragrammaton es un término secreto, cargado de contenido mágico). También se establecen unas normas de conducta, los diez mandamientos, que definen la alianza entre Israel y la divinidad. Por lo tanto, el culto a Yahvé no es sólo religión sino también fuente de derecho y justicia.

Yahvé exige ser el único dios de su pueblo. Sin embargo, esto parece expresar más que una situación de monoteísmo, una exigencia de monolatría. La historia bíblica de Moisés y el becerro de oro parece concordar con este aspecto en particular. Yahvé aparece en los primeros textos bíblicos con carácter guerrero, relacionado con el rayo y la tempestad. También es un dios que origina la vida y la muerte, riqueza y pobreza, bondad y maldad.

Es posible que si la entrada en Canaán tras el éxodo hubiera sido pacífica, el pueblo judío hubiera asimilado algunos caracteres religiosos locales. Sin embargo, es probable que el hecho de que la llegada a la "tierra prometida" fuera violenta acentuara el particularismo de la religión judía y su individualidad frente a los cultos con los que entraba en contacto (en la Biblia las referencias a la existencia de religiones foráneas son constantes).

El punto de partida para un monoteísmo a ultranza hay que buscarlo en la época de los profetas y los jueces. En esta época se practica una intolerancia religiosa que no tenía antecedentes en la Antigüedad. La conciencia isrelí de una nacionalidad distinta se amparaba en su diferente religión y se intensifica con las guerras por el territorio.



 LA MONARQUÍA. JUECES PROFETAS Y EVOLUCIÓN MONÁRQUICA 

La conquista de Canaán por los israelitas se realiza a costa de los pueblos moabitas, arameos y filisteos. La coyuntural debilidad egipcia les facilitó el camino. La conquista de Canaán y el nacimiento de Israel como nación son procesos inseparables. En este período, Israel aparece dirigido por los Shophets, sufetes o Jueces. Personaje de peso en el ámbito tribal, son dirigentes que cobran importancia en las crisis bélicas del período de conquista de Canaán. Sus hechos más destacados están vinculados a estas luchas.


Los Jueces son hombres dotados de un particular prestigio en su comunidad. El término se explica en sentido más amplio, caudillaje carismático, jefes locales sobre los que desciende el espíritu divino. Durante el período de los Jueces, se está gestando la futura monarquía israelita, aunque primero llegan a formarse alianzas o coaliciones tribales. Así, en líneas generales, se acepta que esta fase cubre desde el 1.200 al 1.000 a. c. aproximadamente.

El peligro que representaban los enemigos tradicionales aceleró el proceso de unificación tribal. La monarquía representaba una mayor capacidad de coordinación y defensa, y por tanto, mayores posibilidades de triunfo en la conquista territorial. El modelo en el que inspirarse se encontraba cerca, en los estados transjordanos de Edom, Moab, Amón y Aram.

Por designación divina y proclamación del profeta Samuel, Saúl fue elegido rey en un momento de máxima amenaza filistea. Con él se sentaron las bases de la monarquía en un momento no exento de tensiones internas.


Por su parte, David (1.010-970) sucedió a Saúl y fue elegido rey y refrendado por las dos entidades territoriales que reunían el conjunto de las tribus: Israel al Norte, y Judá al Sur. Instaló la capital en Jerusalén, situada entre ambas regiones. Tanto Israel como Judá mantenían su propio ejército y su propia administración. David amplió el reino a costa de los estados transjordanos.

Sin embargo, sería Salomón (970-931) quien marcara el esplendor de la monarquía. Sus relaciones con la ciudad de Tiro y su casa real dotaron al reino de una proverbial riqueza. De hecho serían la riqueza económica y la transformación de las estructuras las que marcaron su reinado. El poderío militar y las empresas comerciales influyeron en la creación de una dinámica que acabó por afectar a las tradicionales estructuras del estado israelita, provocando un aumento de la fiscalidad e intentos de reorganización administrativa.


A su muerte, con la presión aún mayor ejercida por su sucesor Rehoboam (también Roboam), se produjo el cisma que dividió a Israel y Judá. Israel eligió otro rey, JeroboamLa división de la monarquía influyó en el aumento de poder social de los profetas, los nabi. Los profetas aparecen como llamados por la divinidad, y como campeones de la tradición. Reformadores sociales, visionarios del futuro y anunciadores de mesías, son funciones que aún no han sido suficientemente explicadas en el contexto social del momento ya que el movimiento profètico estaba llamado a tener un importante peso durante los siglos siguientes. 

Como se ha comentado, Israel inició una dinastía con Jeroboam, anterior funcionario de Salomón, que se caracterizó por su inestabilidad. En el 876, el general Omrí tomó el poder. La boda de su hijo con una princesa fenicia, introduciendo el culto a Baal, unido a los problemas sociales y la acción de los profetas (Elías y Eliseo) provocó el nombramiento de un nuevo rey, Jehú, y la persecución de los adoradores del dios fenicio. El reinado de éste fue problemático pero la situación mejoró con Jeroboam II (786-746), tanto económica como territorialmente, sin embargo, el distanciamiento entre una clase social poderosa y una desfavorecida fue en aumento.


Por su parte, Judá continuó gobernada por la dinastía de David, Azarías (783-742) marcó al igual que estaba ocurriendo en Israel, un período brillante.


 EL DOMINIO EXTRANJERO 

Los años siguientes vienen definidos por una fase de enfrentamientos bélicos, con arameos y asirios, provocando finalmente una intervención en el reino por parte del asirio Sargón IIEzequías, rey de Judá entre el 715 y 687, solicitó el apoyo egipcio a su causa, sin embargo el poderío asirio afectaba incluso al país del Nilo.

Del dominio asirio, Judá pasó al dominio neobabilónico. Fue el momento de los llamados grandes profetas: Oseas, Isaías, Miqueas, Jeremías y Ezequiel. En el juego de alianzas, los israelitas se alinearon con Egipto frente a Babilonia. Estos últimos tomaron la ciudad de Jerusalén en el 587, deportando a Babilonia a un gran número de notables judíos. Es lo que se conoce como la cautividad babilónica.

Sobre la vuelta del pueblo judío a Canaán, sabemos, históricamente hablando, poco más que las referencias bíblicas. El llamado Deutero- Isaías, un profeta desconocido cuya obra se añadió al Libro de Isaías, profetizó la caída de Babilonia a manos del persa Ciro. Al cumplimiento del hecho, los israelitas deportados regresaron a Canaán.
 

29 de noviembre de 2017

El Cardenal Cisneros, Regente de Castilla


El Cardenal Cisneros, Regente de Castilla



Su nombre era Gonzalo Jiménez de Cisneros. Nació en Torrelaguna (Madrid) en 1436. Hijo de un hidalgo de escasa fortuna, su familia procedía de la villa palentina de Cisneros, en la tierra de Campos, sin ninguna posibilidad de llegar a un puesto de la alta nobleza, y mucho menos de sustituir al rey. Sorprendentemente, morirá (en Roa, Burgos, en 1517) siendo el regente de España. Nunca hasta entonces un personaje que no fuera familiar del rey había llegado a ser regente.

El Cardenal Cisneros

Es, sin duda, un personaje clave durante la época más delicada de la transición de España entre los siglos XV y XVI. Su papel como dirigente político y religioso fue decisivo para la creación del Imperio español. Se diferencia positivamente de otros personajes famosos que convivieron con los reyes de la época, ya que nunca actuó en su propio beneficio, sino en bien de la causa religiosa y, sobre todo, del reino.
Fue un personaje quizá demasiado duro y austero, pero fue precisamente esa personalidad lo que propició que tanto los Reyes Católicos como el pontífice y el arzobispo Mendoza confiaran en él y le designaran para ocupar puestos de primer orden. Su formación religiosa como miembro del modesto clero eremita fue el origen de su promoción singular en la carrera política y religiosa, y su carácter recto, fuerte y duro le ayudó a llegar al puesto más alto dentro de la gobernación, además de ser la máxima figura eclesiástica como cardenal y arzobispo de Toledo. Un milagro, ya que un humilde clérigo sin recursos no tenía posibilidad de salir de su entorno en la Baja Edad Media española.
Estudió en Salamanca y fue arcipreste de Uceda en 1471, a pesar de la oposición de su superior, el arzobispo de Toledo Carrillo. Por su carácter terco no obedeció a su superior y tuvo que sufrir cárcel por ello, pero ese mismo carácter de hierro convenció al arzobispo, quien le liberó de la prisión. Entabló amistad con el cardenal Mendoza, quien le nombrará capellán mayor de Sigüenza en 1480. La relación con el cardenal Pedro Gónzalez de Mendoza va a marcar el futuro del Cardenal Cisneros, aunque de momento decide abandonarlo todo y en 1484, cuando ya tenía 48 años de edad, decide entrar en la orden franciscana como eremita, cambia su nombre, Gonzalo, por el de Francisco y vive en el convento de La Salceda (Guadalajara) durante ocho años. Según él fue la etapa más feliz de su vida. Si la suerte no hubiera cambiado, habría seguido en el convento hasta su muerte, pero en 1492 fray Hernando de Talavera, el confesor de la reina Isabel, fue designado arzobispo de Granada y el cardenal Mendoza recomendó a la reina nombrar al Cardenal Cisneros, de 56 años de edad, su nuevo confesor. Desde entonces el destino de Cisneros cambia radicalmente de la vida religiosa al mundo de la política en calidad de consejero de la reina.
En 1495, el cardenal Mendoza deja al Cardenal Cisneros como sucesor y le nombra arzobispo de Toledo. Empieza a acometer la reforma de la orden franciscana y, a pesar de la resistencia y de la oposición de la comunidad, sale adelante con su reforma. Estando al lado de la reina Isabel como consejero y arzobispo de Toledo, decide evangelizar a los musulmanes granadinos que aún seguían siendo fieles a la religión musulmana. En 1499, ya un anciano de 63 años, se desplaza a Granada para poner en orden la sociedad granadina, donde la política blanda de Hernando de Talavera no había conseguido el objetivo de la evangelización de los moros. Cisneros acomete la labor con mano dura para terminar de convertir la sociedad mora en cristiana. Aunque su proceder provocará revueltas y protestas más tarde, en 1500, al final el orden se impone en Granada por la presión de Cisneros. Esto se puede considerar como el primer trabajo destacado de Cisneros en el terreno religioso, contribuyendo a la consolidación de la España cristiana después de la guerra de Granada y de la unificación de España.
El segundo trabajo destacado fue la coordinación de la sucesión al trono después de la muerte de la reina Isabel y de la regencia durante la ausencia del rey por la muerte de Felipe hasta la vuelta del rey Fernando. Se estaba desatando el hilo que unía a la nobleza castellana ante el encuentro de Fernando y de su yerno Felipe el Hermoso: los nobles apoyarán mayoritariamente al último sin respetar el testamento de la reina difunta. La nobleza deseaba recuperar los poderes que había disfrutado con anterioridad y veía en Felipe esa posibilidad, sabiendo que con Fernando era imposible cambiar la relación corona-nobleza. Por otro lado, la nobleza castellana no aceptaba a Fernando como rey de Castilla ya que le consideraba rey de Aragón. Mientras vivió la reina Isabel ese problema no existió. El Cardenal Cisneros había actuado como árbitro neutral entre la nobleza y Fernando, sin decantarse por ninguna de las dos partes, y ante la llegada de Felipe el Hermoso con el séquito de la corte flamenca y la presión de la nobleza que apoyaba la causa felipista por ser el marido de la reina legítima Juana la Loca, volvió a actuar de manera desinteresada para que se decidiera entre Felipe y Fernando. Fernando se retira voluntariamente de Castilla ante la práctica totalidad de la nobleza en su contra y se dedica al reino de Aragón. Se va a su reino de Nápoles mientras Cisneros se queda a disposición del nuevo rey Felipe el Hermoso, que cuenta con sus servicios ya que Cisneros antes que nada es el arzobispo de Toledo e indudablemente la primera figura dentro del gobierno. A pesar de su marcha, mantiene buena relación, aunque fría, con Fernando. Esa relación revivirá cuando se produzca la muerte súbita de Felipe en 1506.
Ante la nueva coyuntura, el Cardenal Cisneros actúa fríamente y se pone en contacto con Fernando para que vuelva a Castilla como gobernador mientras convence a la nobleza de que es la mejor solución para que Castilla no caiga en manos extranjeras, lo que estaban intentando los consejeros flamencos de Felipe el Hermoso. En el partido flamenco estaban el duque de Nájera, el marqués de Villena y Juan Manuel, entre otros, mientras que el duque de Alba, el del Infantado y el condestable formaban el partido fernandino. Cisneros consigue la reconciliación de ambos bandos para formar un gobierno provisional. A pesar de todo, se presentan signos de anarquía. Hasta que no se produzca la vuelta del rey Fernando, Cisneros es nombrado regente con la aprobación de Fernando, del duque de Alba y del condestable en calidad de lugartenientes para que colaboren con Cisneros. Este no consultó a la reina Juana la Loca, ya que la consideraba incapaz, a pesar de que era la reina de Castilla.
El tercer trabajo destacado fue la expedición a Orán en 1509 para cristianizar la zona norte de África y así garantizar la seguridad del Mediterráneo frente a la amenaza turca. Cisneros interviene, a la muy avanzada edad de 73 años, en el campo militar como máximo responsable del gobierno. El religioso se convierte en político y militar, actuando en un terreno en el que no era experto. Cuando Fernando ya es de nuevo gobernador, cuenta con el Cardenal Cisneros para los asuntos importantes. Le consigue en Roma los títulos de inquisidor general y de cardenal en 1507 como premio y reconocimiento a su lealtad y buen trabajo. A la muerte del Rey Católico comienza su segunda regencia imponiendo su política firme en defensa de los intereses del reino de España. Ante la resistencia de la nobleza en contra de la regencia de Cisneros, creó un ejército de 30 000 hombres para contrarrestar las rebeliones y al final pudo controlar prácticamente todo el reino bajo su mandato. Tuvo que intervenir de nuevo en Navarra, donde el anterior rey Juan de Albret, con ayuda del rey francés, intentaba recuperar el reino perdido, pero Cisneros lo detuvo sin problema y destruyó todas las fortalezas con excepción de Pamplona. Sin embargo, en el norte de África fracasó ante el ataque del corsario Barbarroja. Consiguió importantes logros en el terreno cultural y religioso fundando la Universidad de Alcalá. También contribuyó a la evangelización del continente americano.
En todo caso su principal meta era la de entregar el reino de España intacto a Carlos (futuro Carlos I de España y V de Alemania), el heredero, y así lo hizo.
La muerte le impidió ver al rey por poco, ya que el Cardenal Cisneros se hallaba en Roa (Burgos), de camino a su encuentro: Carlos desembarcó en Asturias en septiembre de 1517 y el cardenal murió dos meses después, el 8 de noviembre.
Autor: Yutaka Suzuki para revistadehistoria.es

9 de noviembre de 2017

La llegada de la II República

La llegada de la II República



La “dictablanda” de Primo de Rivera llevaba tiempo haciendo aguas, y tras algunos éxitos iniciales como la victoria en la guerra de Marruecos, pronto se vería lo frágil que era la estabilidad del régimen. A pesar de la buena coyuntura de los felices años `20, que favoreció la situación financiera, la oposición aumentaba constantemente llevándose a cabo incluso intentos de golpes de estado. El rey, que ya no confiaba en el Marques de Estella, lo destituyó y puso en su lugar al general Dámaso Berenguer. Todo esto ocurría a principios de 1930, pero el cambio de Presidente del Consejo de ministros no suponía un cambio en absoluto. Por ello en agosto de ese mismo año se reúnen los principales líderes opositores y algunos intelectuales en San Sebastián con la intención de buscar una salida.Se producen negociaciones y se llega al acuerdo de formar un Comité Revolucionario que organizaría y dirigiría la insurrección, instauraría la república y convocaría elecciones constituyentes. También se acordó que el golpe de estado se llevaría a cabo el 15 de diciembre, pero el capitán Fermín Galán lo haría el 12 en Jaca fruto de una confusión. Tras enterarse de este levantamiento la CNT convocó la huelga general que lo sería en Cataluña, pero no en Madrid donde se sentirían traicionados por la UGT  (el mayor sindicato de la capital) que no la convocó. Tres días después se produjo en Madrid otro foco de revolución con la toma del aeropuerto de Cuatro Vientos, desde donde hicieron despegar aviones que lanzaron manifiestos llamando al “levantamiento nacional”. Esta rebelión también fue un fracaso ya que el pueblo no reaccionó y los socialistas fallaron nuevamente al no convocar la huelga general que debían. Ese mismo día fueron arrestados los líderes del Comité Revolucionario.
Berenguer vio una posible salida en la convocatoria de elecciones para la formación de Cortes, pero al rehusar a presentarse los líderes  de los principales partidos, dimitió en febrero. De repente, comienzan a desarrollarse los acontecimientos vertiginosamente, en marzo fueron levados a juicio y absueltos los miembros del Comité Revolucionario. Alfonso XIII nombró un gobierno compuesto por liberales y conservadores, y presidido por el Almirante Aznar, eran viejas glorias de la política como el Conde de Romanones. Éste último concibió la idea de convocar elecciones municipales creyendo que le favorecerían pero no fue así debido a la mayor abstención de los dudosos que beneficiaba al movilizado bloque republicano. Se convocaron las elecciones para el día 12 de abril.
La campaña electoral parece calmar un poco la situación, republicanos y socialistas van formando coaliciones para las elecciones en diferentes municipios. Les dieron el aspecto de un plebiscito entre monarquía y república, centrándose principalmente en la división de los partidos en dos bloque, el monárquico (conservadores mayormente) y el bloque republicano-socialista (socialistas, liberales, nacionalistas, monárquicos desencantados…). El resultado de las elecciones es incierto, ya que si bien los monárquicos tuvieron mayor número de concejales, estos fueron la mayoría en el ámbito rural donde el voto podía estar condicionado por algún cacique. Por su parte, los republicanos ganaron en 41 de las 50 capitales de provincia donde se pensaba que el voto era más libre. La inacción de los monárquicos dio a los republicanos la oportunidad de dar un golpe de efecto y el día 14 se comienza a proclamar la república en distintos puntos de la geografía española.
En Madrid, los miembros del Comité Revolucionario arropados por las masas entran ese mismo día 14 en el edificio de Gobernación. Formaron un gobierno provisional presidido por Alcalá Zamora y se repartieron las carteras ministeriales. Este nuevo gobierno, lo haría por decreto abordando varias reformas como en el ámbito militar, agrario, educativo y religioso.
Además el gobierno carecería de Parlamento hasta las elecciones constituyentes que se celebrarían en junio. Nacía así la II República, pero tras la tormenta no llegaría la calma.
Autor: Carlos Martínez González para revistadehistoria.es

1 de junio de 2017

Boletín de Revista de Historia

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Bolívar y la fragmentación política hispanoamericana posterior a las Independencias

A casi doscientos años de distancia, mucho se ha escrito sobre el pensamiento político de Simón Bolívar, quien ha sido objeto de numerosos estudios que versan sobre sus ideas ilustradas, su conducción de la guerra de liberación anticolonialista y, sobre todo, de la forma en que debía constituirse, de ser posible, la nueva entidad independiente resultante. Dentro de sus planeamientos políticos destacaba la conocida intención de lograr la unidad hispanoamericana como un nuevo país continental derivado del desmembramiento del Imperio español en América. Continuar leyendo...
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Leopoldo II y su genocidio en El Congo

El rey Leopoldo II de Bélgica es una de esas personalidades históricas que debemos recordar cada cierto tiempo para que su memoria no caiga en el olvido. Sin lugar a dudas estamos ante uno de los mayores genocidas de la historia, comparable a los peores asesinos de masas del siglo XX. Durante el período histórico conocido como el Imperialismo, destacó el nefasto reparto de África, oficializado en la Conferencia de Berlín (1884-85), convocada por el Canciller de Hierro, Otto Von Bismarck para aclarar y resolver, entre otros el caso del Congo Belga, un inmenso territorio en el centro de África que el rey de Bélgica administró como si de una finca particular de su propiedad se tratase. Continuar leyendo...