kirwi

Publicaciones de Paya Frank en Amazon

freelancer

PF

La Nostalgia del Pasado

LG

Buscador

1

Mostrando entradas con la etiqueta A-012 Selecc. Poemas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta A-012 Selecc. Poemas. Mostrar todas las entradas

22 de octubre de 2017

Ramón López Velarde EL SON DEL CORAZÓN


Una música íntima no cesa,
porque transida en un abrazo de oro
la Caridad con el Amor se besa.

¿Oyes el diapasón del corazón?
Oye en su nota múltiple el estrépito
de los que fueron y de los que son.

Mis hermanos de todas las centurias
reconocen en mí su pausa igual,
sus mismas quejas y sus propias furias.

Soy la fronda parlante en que se mece
el pecho germinal del bardo druida
con la selva por diosa y por querida.

Soy la alberca lumínica en que nada,
como perla debajo de una lente,
debajo de las linfas, Scherezada.

Y soy el suspirante cristianismo
al hojear las bienaventuranzas
de la virgen que fue mi catecismo.

Y la nueva delicia, que acomoda
sus hipnotismos de color de tango
al figurín y al precio de la moda.

La redondez de la Creación atrueno
cortejando a las hembras y a las cosas
con un clamor pagano y nazareno.

¡Oh Psiquis, oh mi alma: suena a son
moderno, a son de selva, a son de orgía
y a son marino, el son del corazón!

1 de junio de 2017

Federico García Lorca .- San Miguel


Se ven desde las barandas, 

por el monte, monte, monte, 
mulos y sombras de mulos 
cargados de girasoles. 

Sus ojos en las umbrías 
se empañan de inmensa noche. 
En los recodos del aire, 
cruje la aurora salobre. 

Un cielo de mulos blancos 
cierra sus ojos de azogue 
dando a la quieta penumbra 
un final de corazones. 
Y el agua se pone fría 
para que nadie la toque. 
Agua loca y descubierta 
por el monte, monte, monte. 


San Miguel lleno de encajes 
en la alcoba de su torre, 
enseña sus bellos muslos, 
ceñidos por los faroles. 

Arcángel domesticado 
en el gesto de las doce, 
finge una cólera dulce 
de plumas y ruiseñores. 
San Miguel canta en los vidrios; 
efebo de tres mil noches, 
fragante de agua colonia 
y lejano de las flores. 


El mar baila por la playa, 
un poema de balcones. 
Las orillas de la luna 
pierden juncos, ganan voces. 
Vienen manolas comiendo 
semillas de girasoles, 
los culos grandes y ocultos 
como planetas de cobre. 
Vienen altos caballeros 
y damas de triste porte, 
morenas por la nostalgia 
de un ayer de ruiseñores. 
Y el obispo de Manila, 
ciego de azafrán y pobre, 
dice misa con dos filos 
para mujeres y hombres. 


San Miguel se estaba quieto 
en la alcoba de su torre, 
con las enaguas cuajadas 

de espejitos y entredoses. 

San Miguel, rey de los globos 
y de los números nones, 
en el primor berberisco 
de gritos y miradores.

19 de junio de 2016

30 años sin Borges


Escucha sus poemas recitados y comentados por él mismo
Borges ha dejado huella, eso es indiscutible. Con él todo es diferente, más mágico, más profundo. ¿Hay mejor manera de recordarlo que escuchando sus poemas en su propia voz, mientras trata de transmitir y crear literatura, su mayor pasión?
¡Escúchalos todos!

22 de enero de 2016

Uno con él - Poemas de Amado Nervo

Eres uno con Dios, porque le amas. 
¡Tu pequeñez qué importa y tu miseria, 
eres uno con Dios, porque le amas! 

Le buscaste en los libros, 
le buscaste en los templos, 
le buscaste en los astros, 

y un día el corazón te dijo, trémulo: 
«aquí está», y desde entonces ya sois uno, 
ya sois uno los dos, porque le amas. 

No podrían separaros 
ni el placer de la vida 
ni el dolor de la muerte. 

En el placer has de mirar su rostro, 
en el dolor has de mirar su rostro, 
en vida y muerte has de mirar su rostro. 

«¡Dios!» dirás en los besos, 
dirás «Dios» en los cantos, 
dirás «¡Dios!» en los ayes. 

Y comprendiendo al fin que es ilusorio 
todo pecado (como toda vida), 
y que nada de Él puede separarte, 
uno con Dios te sentirás por siempre: 
uno solo con Dios, porque le amas.

Lee todo en: 


http://www.poemas-del-alma.com/uno-con-el.htm#ixzz3xxsCtQBC

31 de diciembre de 2015

Estancias en el desierto - Poemas de Aurora Reyes

A mi primera patria de infinito,
en el Norte de México.
Desiertos de Chihuahua.



I

ESTANCIA EN EL PRIMER INFINITO


Ardiente, nueva luz abre mis ojos.
Renace adulta la infantil mirada.
Crecen los ecos de tu poblada ausencia,
presente y encendida en la distancia.

A la espalda del cielo se desnudan las sombras.
Brota su lirio el día.
Huérfana sonrisa camina sobre el alba.

Hay una casa gris,
una carreta,
una última calle de ceniza.

Escucho cómo el sueño desliza su silencio.
Ya siento las corrientes de sed hasta mis huesos.

Como impiadoso amor me reconstruyes
en tu mano del sal deshabitada.
La negra vos del infinito rueda.
Una curva de piedra detenida.


II

PRESENCIA DE LA MAÑANA


Roza el torso del viento epidermis de arena;
ondula, danza, gira,
modela en carne viva océanos de naufragio,
abanica cristales,
juega suspenso vórtice en el aire.

Adolescente sol
levanta —a luz y sombra— mirada panorámica,
ciudad esbelta transparente de azules,
anchas flores dormidas,
ciegas estatuas olvidadas.

Pausa lenta:
la mañana, vencida, se derrama.


III

MEDIODÍA DESNUDO


¡Indefenso gigante!
Multiplica el espejo tu lamento.
¡Ángel horizontal y desvalido!

Alas, palomas son martirizadas,
las dunas desgarrando su vestido;
agítanse los senos incendiados
en oleaje convulso y enemigo.

Bajo la fiesta cruel de finos dardos
cortan las rocas ángulos veloces.
Llora el iris su cuerpo encarcelado
—aguda geometría— en todos los colores.

Sopla viento de lumbre;
metálicas espinas le han herido.
Tiene los labios secos,
al horizonte van sus pies de vidrio.

Antiguo sol esparce congénito simiente;
en tus dedos de luz también cabe la muerte.

Oscila el mediodía suspendido
como fruto maduro de infinito.
En su reinado inmóvil la mirada ha crecido
y el sabor de la angustia y la ceniza
y la sed... y la sed... y el espejismo.


IV

DINÁMICA DEL AGUA AUSENTE


Una pausa más lenta
desnuda la voz de la tormenta.

Alza el paisaje la quemada frente
y un grito-muchedumbre de cal viva
estremece la atmósfera yacente.

Renacidos perfiles de caricia soñada:
¡Agua! sonrisa líquida, frescura ausente.
¡Agua! palabra linfa.
¡Aguanube, agualluvia, aguajardín!
Agua de soledad, agua negada.

Roja lengua dice una llamarada.

En el fondo, la sed roba al sollozo
su calidad más íntima de lágrima.

En el médano atormenta veranos anhelantes,
las insepultas manos de los cactos
elévanse puñales.

Remota estela de rumor marino:
te han perdido los pasos de la arena,
regresan a tu encuentro las distancias.

¡Corona espuma fina tu perfume de nada!


V

TORMENTA DEL POLVO


Esqueleto del mar, puerto de ausencias.
Cauce desierto de la mar mirada;
al amor infinito de tu música,
al eco del coral, abierta estancia.

Fría pupila, disecado vientre,
raíz perdida, forma desolada.

Eres el rostro vivo de la muerte:
sobre tu cuerpo, traicionado viaje,
bajo tu piel mil bocas solitarias.

Polvo errante y sombrío.
Abismo en celo.
Vena seca de olvido y de nostalgia.

Muerde tu corazón lúgubre queja...

(En tibio lecho el agua de los mares
mece amorosa el sueño de las barcas).


VI

PARÁBOLA DE LA FATIGA


Calcinados rumores van cayendo
al hondo de la tarde.
Horizontales láminas disuelven
celestes arenales.

Deslizan su bandera perseguida
nubes de fino talle.
Fiera de luces mágicas alcanza
cabelleras al aire.

Adelgazan la luz su transparencia.

Ave de odio desprende mudo vuelo
al cobalto ondulante.
Pausa torva de cómplice silencio.
¡Un dramático sol asesinado
rueda en arena-sombra su diamante!

En el cielo, cansancio azul dormido
deja correr su sangre de oro líquido.
Es la tarde parábola de aceite:
violetas en el filtro de morado,
armazón consumido de fuegos de artificio
girando indiferente.


VII

ESTANCIA DEL OLVIDO


Pasa la mano del silencio
por el cóncavo rostro del sueño.

Ataviada de viejas resonancias
va la sombra del viento.

La pestaña del astro cae inmóvil
al párpado del tiempo.

¡Abre, sol negro, tu brillante noche!
Formas oscuras llenan tu comienzo.

Sobre la superficie de serpientes,
el rencor de la fiebre, la inerte quemadura:
ríos de rosa fresca, tacto de terciopelo,
arroyos de tiniebla!

El silencio en los labios del silencio.

Asciende adormecida la sonrisa
en los brazos nocturnos del secreto.


VIII

ARQUITECTURA DE LA LUNA


Profundidad violada.
Línea helada de luz.
Firme trazo sideral.
Geometría y andamio:
construcción espectral.

Ola concéntrica de cielos,
circulares espejos abriendo el horizonte;
emergiendo pirámides de plata,
despertando los pasos de “Indios Pueblo”,
absortas sepulturas,
venados pétreos.

Imantado, suspenso, lanceado de blancura,
de luna coronado;
evadido de los siete colores
del prisma de sal,
gira el desierto cegado
en magnético mar espiral.


IX

RETORNO AL DESIERTO HUMANO


Habitante desnudo de la soledad
Cuerpo compacto de la angustia.
De pie sobre su planta prisionero,
—creatura de la sed— ronda su imagen:
contorno humano ¡vertical desierto!

Danzando hasta el retorno del principio
—cuerpo en vaivén y brazos enlazados—
aflora la biznaga del hechizo.

Noche de rojo firmamento.

Las recónditas bestias de la sangre
caminan en el hombre del instinto
hacia el llanto ululante.

Las manos primitivas de la magia
avanzan hacia el eco.
Señal, cábala, signo,
un círculo de asombro:
¡surge el verbo!

Allí donde los árboles ausentes,
donde el margen columpia la distancia,
en la raíz sombría del origen...

¡Norte de México!
¡Soplo de abismo!
¡Flauta mis huesos!

Desde la frente del milagro
hasta el vientre cerrado del misterio.

Lee todo en:  http://www.poemas-del-alma.com/aurora-reyes-estancias-en-el-desierto.htm#ixzz3vt0X8WHS

28 de diciembre de 2015

MARINO - Poemas de Vicente Huidobro

Aquél pájaro que vuela por primera vez
Se aleja del nido mirando hacia atrás

Con el dedo en los labios
os he llamado.

Yo inventé juegos de agua
En la cima de los árboles.

Te hice la más bella de las mujeres
Tan bella que enrojecías en las tardes.

La luna se aleja de nosotros
Y arroja una corona sobre el polo

Hice correr ríos
que nunca han existido

De un grito elevé una montaña
Y en torno bailamos una nueva danza.

Corté todas las rosas
De las nubes del este

Y enseñé a cantar a un pájaro de nieve

Marchemos sobre los meses desatados

Soy el viejo marino
que cose los horizontes cortados

Lee todo en:



 http://www.poemas-del-alma.com/vicente-huidobro-marino.htm#ixzz3vbdPIu5T

¿Qué lleva el señor Esgueva? - Poemas de Luis de Góngora

Yo os diré lo que lleva.

Lleva este río crecido,
Y llevará cada día
Las cosas que por la vía
De la cámara han salido,
Y cuanto se ha proveído
Según leyes de Digesto,
Por jüeces que, antes desto,
Lo recibieron a prueba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva el cristal que le envía
Una dama y otra dama,
Digo el cristal que derrama
La fuente de mediodía,
Y lo que da la otra vía,
Sea pebete o sea topacio;
Que al fin damas de Palacio
Son ángeles hijos de Eva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva lágrimas cansadas
De cansados amadores,
Que, de puro servidores,
Son de tres ojos lloradas;
De aquél, digo, acrecentadas
Que una nube le da enojo,
Porque no hay nube deste ojo
Que no truene y que no llueva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva pescado de mar,
Aunque no muy de provecho,
Que, salido del estrecho,
Va a Pisuerga a desovar;
Si antes era calamar
O si antes era salmón,
Se convierte en camarón
Luego que en el río se ceba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva, no patos reales
Ni otro pájaro marino,
Sino el noble palomino
Nacido en nobles pañales;
Colmenas lleva y panales,
Que el río les da posada;
La colmena es vidriada
Y el panal es cera nueva.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lleva, sin tener su orilla
Árbol ni verde ni fresco,
Fruta que es toda de cuesco,
Y, de madura, amarilla;
Hácese de ella en Castilla
Conserva en cualquiera casa,
Y tanta ciruela pasa,
Que no hay quien sin ella beba.

¿Qué lleva el señor Esgueva?
Yo os diré lo que lleva.

Lee todo en:


http://www.poemas-del-alma.com/luis-de-gongora-que-lleva-el-senor-esgueva.htm#ixzz3vbd7TWU2